Morelia, Mich. | Acueducto Noticias.- El Gobierno mexicano ha implementado una estrategia para desmantelar las caravanas migrantes que buscan llegar a la frontera con Estados Unidos, trasladando a los participantes a puntos alejados del norte del país. Esta medida incluye la oferta de visas humanitarias y transporte a lugares como Tabasco, Yucatán, Michoacán y Guerrero, con el objetivo de evitar su avance hacia Ciudad de México y la frontera norte.
En los últimos días, autobuses han trasladado a cientos de personas a ciudades como Morelia y Acapulco, mientras que otros grupos han sido enviados a Mérida, a más de 1,500 kilómetros de la capital. Según el Instituto Nacional de Migración (INM), esta acción se realiza bajo acuerdos internacionales y con respeto a los derechos humanos, aunque organizaciones y expertos critican la política como una táctica de desgaste para frenar el flujo migratorio.
La presión de Estados Unidos, particularmente tras el reciente triunfo de Donald Trump, ha intensificado las políticas migratorias de México, que busca reducir el número de migrantes que llegan al norte. Sin embargo, la falta de recursos y la creciente demanda de citas para visas humanitarias, gestionadas a través de la aplicación CBP One, complican la situación.
Con más de 925,000 entradas irregulares en lo que va del año, el desafío para el Gobierno de Claudia Sheinbaum es considerable. Expertos señalan la necesidad de políticas más integrales, como programas de empleo, vivienda, educación y salud, para gestionar la crisis migratoria y evitar que las medidas actuales se limiten a contención y reubicación. Mientras tanto, las caravanas continúan formándose, con nuevas salidas desde Chiapas y un aumento en la desesperación de los migrantes.
