Melódico camino a la paz

Imagen: HéctorTapia
Comparte

Morelia/Héctor Tapia

Los niños en situación vulnerable de Michoacán, los casos que vienen de hogares con violencia intrafamiliar, que son de padres encarcelados, que les tocó vivir circunstancias complejas vinculadas con violaciones sexuales, maltratos, que fueron enviados a casas hogar, presentan tendencias hacia la violencia también.

A 3 mil 500 niños del estado, en estas circunstancias, se les está atendiendo con programas musicales, de enseñanza de la música, pero también con asistencia psicológica y social para lograr disminuir los estragos de la violencia a la que se han venido enfrentando.

Al respecto Luis Josué Soto Campos, director musical del Coro Infantil y de la Orquesta de Guitarras de Morelia, el trabajo que se está realizando está ayudando para la formación integral de estos niños y jóvenes. No todos son casos extremos; sin embargo, se está enfocando al rescate de estos niños con la meta de que alcancen la felicidad, y en consecuencia lograr la paz, a través del trabajo de integración social.

Imagen: HéctorTapia

Integración familiar, el objetivo

Soto Campos explica que el coro tiene una serie de tareas múltiples, y la primera de ellas tiene que ver con un trabajo coordinado, en cuatro ejes, para llamar a la prevención.

El primer eje es la prevención de la violencia escolar; la violencia familiar es el segundo, las adicciones y los problemas de aprendizaje.

Indica que con esto de manera paralela viene el desarrollo de la autoestima de cada uno de los niños y el desarrollo de sus habilidades y talentos; particularmente con lo que tiene que ver con la formación coral y la orquesta de guitarras.

Hay una tarea que se hace paralela que se hace con los padres de familia. Asegura que esto va generando un efecto multiplicador que tienen que ver con la no desintegración familiar. La mayoría de estos niños son vulnerables a muchos tipos de violencia, indica el director.

Bajo esta perspectiva, explica, se trabaja en internados, como el España México, en el cual se encuentran muchos niños “muy violentos”, dado que son en gran medida abandonados, muchos de sus papás están en la cárcel; otro punto es internado de niñas.

Hace mención también de los niños que se trasladaron del albergue de “Mamá Rosa”, de Zamora, a Morelia, luego de que la detuvieran tras destaparse las condiciones en que estos niños vivían, y las vejaciones a las que tuvieron que enfrentarse.

“Eran niños muy violentos, y estamos logrando cosas muy valiosas con la música”; indica que “los primeros impactos fueron muy difíciles  desarrollamos una metodología muy específica para este trabajo, actualmente estamos atendiendo a más de 3,000  niños en 26 centros de escuelas primarias, secundarias y en centros comunitarios”.

Imagen: HéctorTapia

Cambio de perspectiva

El director del Coro Infantil de Morelia señala que en su carrera profesional tiene dos etapas muy definidas; la primera es la académica, donde formó a músicos desde el Conservatorio de las Rosas; dijo que en ese momento venía con una visión un tanto elitista de la música de concierto.

Sin embargo, destaca que en el momento en que comienza a trabajar con niños, en el estado de Nayarit, “mi visión de la música cambió”.

Señala que “muchos de los directores prefieren trabajar con músicos profesionales”, reconoce que él era uno de esos directores, “honestamente, pero cuando empecé a trabajar con niños nos enfrentamos a retos que tiene el país y esto para mi representó una percepción que consiste en ver al país en el terreno de la cultura de la formación musical o artística un país que ha estado abandonado por mucho tiempo”

Para Josué Soto Campos pensar en trabajar con niños y jóvenes “es un reto fuera de serie, es un reto inédito”.

Se detiene y hace el comparativo, y cuestiona: “¿cuánto le cuesta  a la sociedad y cuanto le cuesta al estado  una generación de 5 o 6 solistas con un proceso de formación de 7 años?”.

Con la iniciativa que ejecuta actualmente, que dirige, se atiende a 3 mil 500 niños, población que no atiende ningún conservatorio del país.

Esto, remarca, sin contar con que “tenemos un ejército de maestros, un ejecito de psicólogos, ejército de trabajadores en este tema de la relación comunitaria”. Es un reto de “efectiva transformación”.

Resalta que “si nosotros pensamos en estos 3 mil 500 niños, son 3 mil 500 familias de un núcleo familiar que nos da un efecto directo de cada niño”, aquí es donde viene el efecto multiplicador, señala.

La identidad, como origen

Indica que el coro trabaja con un repertorio de música michoacana, americana y música latinoamericana en una primera etapa, “porque creemos que es muy importante en tema en el sentido de pertenencia y de la identidad, de definir ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿que nos representa?, ¿qué nos hace diferentes?

A partir de esto viene la música clásica, la barroca, “hay todo un diseño de estrategia en el repertorio y junto con esto viene el desarrollo de las habilidades individuales”.

Indica que se va generando un nuevo modelo de vida de hacer las cosas a través de un nuevo modelo de participación, “un nuevo modelo de integrar a las familias mexicanas y sin lugar a duda resulta”.

Luis Josué Soto Campos asegura que éste ejercicio, el de los coros y orquestas, que se está llevando a cabo en Michoacán “sería un ejercicio útil” y fundamental para disminuir el nivel de violencia en el país.