«Más que el tratamiento, el amor…»

Foto: Julieta Coria
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Entrevista

Morelia/Julieta Coria

Desde Uruapan Michoacán, Jorge de 17 años, acude cada quince días a la ciudad de Morelia, a la casa AMANAC para recibir un tratamiento, que le ayuda a tratar el Linfoma que tiene diagnosticado.

Hace dos años que, a Jorge, unos pequeños tumores le empezaron a salir en el cuello, empezaron muy chiquitos, y poco a poco empezaron a crecer.

El miedo invadió por completo a Jorge, que dejando a un lado su timidez, le platicó a su hermano los que le ocurría, en su rostro, por lo que de inmediato les platicó a sus papás.

La señora, Cristina, su mamá, lo acompaña está mañana a recibir su tratamiento, y se encontró con la sorpresa de que se firma una alianza, y eso le da un poco de felicidad, pues solo cuando se ‘vive en carne propia’ se entiende lo que hoy se dice.

«No hay otro lugar en todo el estado, que nos ayuden como aquí en AMANC, todo está muy bien, no sé qué hubiera hecho yo, sin estos apoyos.”

A su lado, Jorge con un poco de timidez y mientras acomoda en todo momento su gorra, recibe el tratamiento del esquema de ICE para tratar un linfoma de Hodking.

Jorge recibe el tratamiento, cada quince días, Cristina se queda a su lado, cada que lo internan para recibir su quimioterapia, por ocho días, que dura el tratamiento.

«El tratamiento, es duro y duele mucho, pero ya me acostumbré.»

Cristina, señala que que lo más difícil ha sido encontrar donadores, “eso es lo que más cuesta»

Jorge no sonríe, permanece serio, observando, siempre observando cuando habla, sin soltar el brazo de su mamá.

«Me siento bien, un poco débil, pero contento, porque los doctores me dicen que hay mejoría, mucha mejoría».

Cristina coincide con su hijo, y mientras lo mira a los ojos, dice que, pese a todo, que no hay dinero, que le batallan para salir de su ciudad, que a veces no hay ni pá comer, pero el saber que su hijo va mejorando, es la satisfacción más grande de una madre, todo lo demás se olvida.

Jorge, es bien atendido, y sueña con que un día, la pesadilla concluirá, y tal vez pueda tener la posibilidad de estudiar Medicina, para ayudar, como a él lo han ayudado.

Una sonrisa se le escapa, mirando hacia arriba, imaginado, tal vez, que un día, lo superará.