Morelia, Mich. | Acueducto Online.- El aire sigue siendo fuerte con nubes de lagrimales de la policía que regocijen el sol abrasador. Los manifestantes bloquearon muchas de las carreteras principales de Lima, organizando sesiones sentadas en la plaza frente al edificio del Congreso. Están exigiendo la renuncia inmediata de la presidenta Dina Boluarte, la disolución del Congreso y las elecciones inmediatas.
La primera mujer presidenta de Perú, que fue ascendida a vicepresidenta y prestó juramento apresuradamente el 7 de diciembre, desciende. En un discurso ardiente y desafiante, condenó la violencia, que ya ha matado a más de cincuenta personas en el sur del país, prometiendo que aquellos que la hayan sembrado y perpetrado serán juzgados de acuerdo con el proceso de la ley, y encarcelados si son declarados culpables. Ella está acusando a los manifestantes de fermentar la violencia, cosechando y cosechar sus consecuencias, manteniendo firme su promesa de adelantar y llevar a cabo elecciones el próximo año, mientras miles de policías antidisturbios están respaldando su autoridad. Las elecciones debían tener lugar en 2026.
A medida que pasaba la noche, las batallas callejeras marcaron Lima, con los manifestantes aumentando a sus números, miles de policías deteniéndolos y el estancamiento que continuará durante el fin de semana.
Mientras tanto, el expresidente Pedro Castillo, que había intentado sin éxito disolver el Congreso, todavía está en prisión, acusado de rebelión. El Congreso se volvió contra él y lo arrestó, y se le ha negado la fianza. Su juicio aún no se ha establecido, a medida que la crisis se profundiza.
