Ocampo/Julieta Coria
Amaneció fría la mañana. A las seis de la mañana se ha citado para partir. La vista principal, El santuario “El Rosario” de la mariposa Monarca, en el municipio de Ocampo, Michoacán.
El viaje inició, un recorrido de más de dos horas, aprovecho para volver a dormir. Poco a poco empieza a amanecer. El recorrido largo y pesado lleno de curvas, termina. Llegamos al Santuario.
Comienza el recorrido hacia el refugio de la mariposa. Mi caminar lento y pesado, el olor a pino, la alfombra verduzca de matorrales, aromas frescos que calan en los pulmones, y el inclemente frío. A lo lejos unas cuantas mariposas aparecen y se posan en el suelo, en alguna piedra, en alguna hierba.
La Monarca surca el frio, viaja de Estados Unidos y Canadá, a los bosques de oyamel en Michoacán, especialmente para reproducirse, realizando un impresionante y largo viaje de más de 4,000 kilómetros.
La temperatura empieza a descender aún más, los pinos de la reserva se ven tapizados, a lo lejos puedo ver pequeños aleteos colgantes que reposan, como si se acurrucaran entre sí, guardan energía para continuar el viaje, cuando llegue el momento.
Cada vez más mariposas, grandes racimos cuelgan de los altos pinos, poco a poco algunas empiezan a aletear de un lugar a otro, sus delicadas y anaranjadas alas, se posan en las hojas y en los suelos. Es ahora, fotos y más fotos de ésta pequeñas bellezas.
Bajo las nubes los rayos del sol empiezan a dar calor y con ellos miles de mariposas hacen su aparición, revolotean sobre mi cabeza, mientras camino las veo por todos lados. Empiezan a dispersarse, vuelan bajo los altos pinos, revolotean, juegan, se posan en los hombros de los curiosos, un espectáculo natural único.
Permanezco inmóvil, se siente los cálidos rayos del sol, en ésta fría, fría mañana, el cansancio se ha ido, ése momento especial, hace olvidar todo lo demás, me siento en un pequeña roca a escuchar el silencio, mientras observó la maravilla natural, a lo lejos nada más que el canto de algunos pájaros que han dedicado sus melodías durante toda la mañana, respirar aquí es diferente, es un aire diferente, puro, ligero, fresco.
Por pocos minutos, las monarcas nos ofrecieron una espectáculo natural maravilloso que solo en algunas temporadas del año, se puede encontrar.