Los deseos de atrapar a papalotl

Especial
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Morelia/Redacción

En el portal Cultura colectiva se dio a conocer un trabajo especial de Diana Garrido titulado La leyenda prehispánica de las mariposas monarcas, a través de un interesante texto que va más allá de la realidad y es que tú, yo, nosotros, ellos podemos confiar en ellas, pues “se encargarán de abogar por ti frente a Xochiquetzal”. He aquí la historia:

Nadie aprecia tanto la felicidad como para dejarla libre por los campos y las ciudades, porque eso significa compartirla con los demás, con aquellas almas libres que no han encontrado motivos para ser feliz. La felicidad debe ser un tesoro celosamente bien guardado. En la antigua Teotihuacán, la felicidad era tan preciada como lo es en la actualidad. Pocos podían darse el lujo de tenerla y no por inalcanzable, sino porque realmente era muy difícil sentirse pleno con lo que había.

El pensamiento náhuatl era un tanto pesimista, en especial después de la llegada de los españoles. Para los nativos, la invasión de los europeos era un martirio puesto que no había esperanza; llegaron a usurpar sus tierras e identidad.

Ante la situación, algunas personas poco a poco recobraron la esperanza a partir de su solidaridad; es decir, cuando alguien hacía algo bueno por los demás, era condecorado con trofeos, se le cedía algún puesto importante o simplemente era beneficiado con la felicidad y buena fortuna. Esto sólo podía pasar si hacían un pequeño ritual que implicaba tener una mariposa cerca.

La forma simbólica de expresar sus deseos era atrapar a papalotl (mariposa en náhuatl). No es que la mantuvieran en cautiverio, sino que la sostenían en sus manos por un momento, mientras la contemplaban, pues sus colores y la majestuosidad de sus alas eran hipnotizantes. Mientras tanto, le susurraban un deseo o petición. Por lo general era un buen porvenir o la buena fortuna para aquel que hacía algo bueno por la comunidad. Papalotl debía permanecer quieta y escuchar atentamente. Después era liberada y agitaba su alas alejándose del lugar. La leyenda cuenta que llegaba hasta la diosa de la alegría y las flores, Xochiquetzal. Ella escuchaba atenta a papalotl y decidía cuando y cómo cumplirlo.

Por lo general, la felicidad les llegaba en forma de una cosecha fructífera, en salud prolongada o en períodos de paz en su pueblo. Entonces, sabían que Xochiquetzal había escuchado a papalotl y estaba recompensando la ayuda con momentos gratos. Cuando esto ocurría, algunas personas ofrecían banquetes para agradecer la bondad de la diosa. Otros, por ejemplo, hacían sacrificios y unos más se convertían en padres o contraían matrimonio.

La razón por la que le confiaban a Papalotl los buenos deseos era porque sólo se aparecía una vez al año, en invierno. Como en la actualidad, ellas llegaban en grupo para pasar mejor la época de frío, puesto que en los bosques de Michoacán y el Estado de México las temperaturas son bajas, pero soportables. Otra razón era porque las mariposas tienen la lengua muy larga y enrollada, por lo que pueden guardar múltiples secretos y deseos que jamás dirían a alguien más, sólo a Xochiquetzal. De igual manera, el tiempo en el que llegaban a Tenochtitlán y sus alrededores, coincidía con las celebraciones a los muertos.
Esto hacía pensar a los pueblos prehispánicos del Valle de México que Papalotl no sólo era una mensajera de amor y paz, era también el alma de algún difunto. Entonces, el grupo completo de mariposas eran todas las almas de los muertos que habían regresado a pasar unos días entre los vivos. Desde entonces, cada que aparece una mariposa cerca de un velorio, se cree que el fallecido ronda en forma de papalotl el lugar para despedirse de sus seres queridos. De igual manera, cuando se aparece uno de estos insectos cerca de las ofrendas es porque el alma de los difuntos está recibiendo los alimentos y bebidas que con cariño se ponen en el altar.

Papalotl es la representación de la felicidad, la libertad y el amor, es la consejera de Xochiquetzal. Cada que tengas la necesidad de contar un secreto, hazlo con ella y deja que la diosa te beneficie. Si ves una mariposa rondando tu altar de muertos, ten por seguro que es un alma que ha venido a regocijarse con tu ofrenda y estará dispuesta a ayudarte a ser feliz.