Odalis, La Santera.

Ilustración Andre
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  • Lluvia decembrina en La Habana; un frío recibimiento…
  • Hablamos un poco y salimos al balcón, Nos invitó un cigarro H. Hupmann, sabor fuerte, una delicia. | Sin papel de baño para limpiar el culo. Sin jabones para bañarse. Cascadas de cerveza…

La Habana, Cuba | Juan Antonio Magallán/Acueducto Online.- Frío y una lluvia decembrina. Así recibió La Habana a un par de michoacanos que buscaban conocer las entrañas sociales de la ciudad que pertenece a Cuba, una isla de contrastes sociales y ensoñaciones de emancipación.
Esperábamos sol y calor y solo había goteras en el Aeropuerto y un frío de invierno que solo lo había vivido en México. Los cubanos, acostumbrados a la rumba y calor, lucían tristes, con dolor de huesos.

Las calles vacías. Nadie se atrevía a salir con tal clima. Se veía poca gente en la calle Obispo, el Malecón, la Avenida 23 del Vedado, que usualmente son un vaivén mercader.

Imagen Juan Antonio Magallán

La santera

En Infanta esquina con San Rafael vive Odalis, La Santera. Una mujer negra con sonrisa en el rostro y una leve tristeza en su mirada. Carga dentro de sí un dolor que no es de ella. Se echa a su familia al hombro y eso le genera histerias matutinas y ansiedad nocturna. Tiene una casa de huéspedes y ahí dormí durante una semana.

Nos invitó ron y tabaco. Intercambiamos historias de cubanos y mexicanos. De puntos en común y en tensión.
-Aquí en Cuba está muy difícil. No hay papel de baño, no hay jabón, no alcanza el dinero estamos en miseria, recalcó Odalis, la santera.
Hablamos un poco y salimos al balcón, Nos invitó un cigarro H. Hupmann, sabor fuerte, una delicia.
Sin papel de baño para limpiar el culo.
Sin jabones para bañarse.
Cascadas de cerveza.
Y con un clima del carajo, así fue la lluvia decembrina de recepción en La Habana.