Zacán, Mich. | ACG.- En la región conocida como la Meseta Purhépecha, enclavado en las colinas de Michoacán, se encuentra el pueblo de Zacán, el cual pertenece al municipio de Los Reyes. Esta comunidad destaca por su rica herencia cultural, donde gran parte de la población es de origen purhépecha y ha mantenido vivas numerosas tradiciones indígenas, incluyendo la lengua purhépecha y la producción artesanal, como la alfarería y la tejeduría.
En Zacán, la cultura purhépecha es el epicentro, y cada año, el 17 y 18 de octubre, desde 1971 se celebra un concurso artístico de la Raza P’urhépecha que atrae a cientos de artistas y visitantes. Además de su rica tradición cultural, Zacán cuenta con monumentos históricos del siglo XVI que son emblemáticos para la localidad, como la iglesia de San Pedro y la huatápera, que alberga la capilla de Santa Rosa y una escultura en la plaza que rinde homenaje a las raíces P’urhépechas de la comunidad.
La capilla de Santa Rosa de Lima es un destacado patrimonio histórico. Originalmente construida como la Capilla de La Inmaculada Concepción, actualmente esta capilla ha sido dedicada a Santa Rosa de Lima. Su techumbre de madera, que data de distintas épocas, es un testimonio de su importancia histórica.
Lo que hace que la capilla de Santa Rosa sea notable es la pintura en su techo, que muestra la Letanía Lauretana y convierte el techo en un rezo visual. Siguiendo el orden de la Letanía, la lectura iconográfica del techo comienza desde la puerta de entrada, donde se encuentran las inscripciones «Jesucristo, escúchanos; Jesucristo, óyenos», tal como comienza la súplica devota. A medida que uno avanza desde el coro hasta el presbiterio por la izquierda, la oración continúa. La patrona de esta Capilla del Hospital es Santa Rosa de Lima, y en su interior, una trabe lleva la inscripción que testimonia la culminación de la obra en 1857.
El artesonado de la Capilla de Santa Rosa sugiere que la comunidad de Zacán reafirmó su devoción y protección a la virgen a través del rezo de la Letanía Lauretana, una expresión de fe arraigada en la historia de este pueblo de Michoacán.
Ignacia Servina Alfaro nos cuenta que antes de la erupción del Volcán del Paricutín, esta capilla contaba con una mayordoma que se encargaba de cuidarla, con la asistencia de seis mujeres, seis hombres y dos niñas. Además, menciona que cada 30 de agosto se hacía la celebración de Santa Rosa de Lima.
Ignacia cuenta que después de la erupción del Paricutín, quedó en el olvido esta tradición, hasta hace unos 20 años que se recuperó la tradición de cuidar a la imagen de Santa Rosa y la capilla, labor que cumplen seis mujeres y cada año se elige quiénes serán las encargadas de realizar dicha labor. Para la celebración del 30 de agosto, se lleva a cabo una misa y posteriormente una comida.
