Morelia/Samuel Ponce Morales
El panista Marco Cortés Mendoza, uno de los reiterativos aspirantes a la gubernatura michoacana sabe aprovechar los reflectores, los otros dos son Luisa María Calderón y Salvador Vega Casillas.
En entrevista con acueductoonline.com bastó la pregunta si él formaba parte de la dirigencia nacional de su partido político, el PAN, para hablar del mismo y de su líder nacional.
“Soy miembro de la Comisión permanente nacional, principal órgano político definitorio; además, apoyo en encomiendas a Gustavo Madero, líder nacional del partido”.
Y, prosigue, estoy muy contento, porque el PAN está viviendo una etapa completamente distinta; elegimos un dirigente nacional con los votos de todos los militantes.
Un líder que gana con porcentaje amplio, sin impugnaciones, dando muestra democrática de cómo se acatan las reglas y los resultados en el PAN, sostiene.
Tomando aire
Dijo que se siente orgulloso del PAN, porque vuelve a fortalecerse rumbo al 2015, pero no solo por cómo se dio el proceso interno, sino por resultados obtenidos al exterior:
“Apenas ganamos la capital de Nayarit, casi la mitad de la población del estado; estamos retomando área, recuperando el espacio y la confianza de perdida de los ciudadanos.
El Michoacán estático
Suelto, a renglón seguido, ya pregunta expresa, habla de la situación de la entidad, principalmente en las áreas económica, social y de seguridad.
“Es lamentable, no por todo lo que ocurre en Michoacán, sino en todo México, cuyo crecimiento anual del año pasado fue del uno por ciento”.
En el caso de Michoacán, particulariza, tuvimos decrecimiento, y si le ponemos además la inflación, hablamos que este fue de un cinco por ciento.
Lo anterior, enfatiza, es gravísimo porque no solo no nos estamos rezagando, estamos estáticos, estamos dando pasos hacia atrás, lo cual se resiente en el bolsillo de la gente.
“Miles de personas trabajan al día, y salen en las mañanas muy temprano como jornaleros o a ver si encuentran una actividad, y otros que si tienen un trabajo y no les alcanza”.
Abunda: no hay un crecimiento, no hay una inversión que genere buenas oportunidades, al contrario, es gravísimo que en el estado por falta de liquidez cierren microempresas.
“Son cientos de gente que ha decidido irse a otra entidad en busca de oportunidades, a Guanajuato, Querétaro, DF, a Jalisco…”, dice el también ex candidato a edil de Morelia.
En materia económica, resume, estamos reprobados; el actual gobierno priista fue un engaño, nos hablaron de respeto y todo el tiempo nos lo faltarnos.
“Fue una gran farsa donde perdimos mucho tiempo y dimos pasos para atrás”, concluye el punto.
¿Dónde, dónde…?
En lo social, habla de su preocupación por el caso de Mamá Rosa, donde le hubiera gustado acciones gubernamentales preventivas, no abandono y acciones sensacionalistas.
“¿Por qué no le dijeron ahí te van recursos, ahí te va la supervisión; dónde estaban las autoridades que tenía que revisar que el albergue operara bien?”.
Considera que esa situación, de la que todo mundo habla, es una distracción, “una cortina de humo”, de lo que realmente trascendente y preocupando que sucede en Michoacán.
Entonces, refuerza, socialmente me preocupa, la inacción, el que la sociedad nos convirtamos en conformistas de lo que estamos padeciendo.
“Tenemos una descomposición y aceptación de la que la violencia siga, de que los muertos sigan, los robos sigan, las extorciones sigan…”.
La paz inexistente
Para él, en el ámbito de seguridad pública, en territorio michoacano, en los últimos años, los delitos ya sea federales o del fueron común se han incrementado.
“Si comparas el 2013 con el 2014, de enero a mayo, según la Secretaria de Gobernación, Michoacán está en los primeros lugares en secuestros, en extorsiones, en robos…”, añade.
Eso, refiere, es muy preocupante; no hay familia que no tenga alguien cercano que haya sido objeto de algún delito. “Esa es la realidad de Michoacán”.
Y, prosigue, no hay una estrategia de seguridad a largo plazo, apenas acciones tácticas que simplemente tratan de sobrellevar la situación; tratan de aparentar una paz o tranquilidad inexistente.
Señala que no conoce ni ve una estrategia que garantice que “estamos en el camino adecuado y que en breve podemos superar esta situación, como en otros lugares”.