Morelia/Redacción
Son menos o apenas dos decenas de jóvenes, mayores de quince, diecisiete años, algunos se cubren el rostros con pañoletas, otros no tienen con qué, los menos usan eventualmente su propia playera, a un lado de ellos se sitúan cinco, seis, policías federales, quienes inseparables de sus patrullas solo los miran de reojo.
El tráfico vehicular es escaso, pero están ahí, con el solo observar cómplice de la autoridad, y con toda impunidad cobrando un peaje ilegal. No hay cuota voluntaria, no hay opciones, veinte pesos, sin recibo en mano, cuesta el continuar el camino por la llamada autopista Siglo XXI.
A la mente viene el operativo policiaco federal en Zamora, en la que fuera la sede del albergue La Gran Familia, para aprehender a Mamá Rosa, y la inexplicable posibilidad de replicarlo contra los jóvenes que impunemente violentan una y otra vez el estado de derecho.
El pago se hace, a cambio un volante de media cuartilla, cuyo texto ambiguo inicia con un provocativo ¿Sabías qué…?, y de ahí pondera cuatro puntos, discutibles, por lo endebles, todos en torno a la reforma educativa.
1.- La reforma educativa orilla a que los padres de familia solventen el mantenimiento de las escuelas públicas.
2.- La reforma educativa fue creada por personas ajenas, que desconocen la realidad en la que viven nuestros niños y adolescentes del país.
3.- Hay escuelas que se encargan de formar maestros con el único fin de educar y defender las necesidades del pueblo.
4.- Estos maestros están siendo despojados de su derecho a participar en la educación de México.
Luego, un trabalenguas argumental, donde se hace énfasis de una educación individualista, y digna frase de superación personal: la educación no cambia al mundo, sino a las personas que van a cambiar al mundo.