La historia de hoy | Jesús, «viejito» desde niño

Imagen Cayetano Mac/Acueducto Online
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Janitzio, Mich. | Cayetano Mac/Acueducto Online. – A tan solo unos pasos del muelle de Janitzio, los sonidos de multiples zapateados de huaraches se hacen presentes, no son más que los bailarines de la danza de los viejitos, detrás una de los tantos portadores de las máscaras que caracterizan a personas de avanzada edad tenemos a Jesús, uno de los habitantes de Janitzio que con casi 20 años de experiencia bailando la danza de los viejitos es que habla de cómo esto se ha convertido en un oficio para él. “Solo necesitas saber zapatear, después te enseñan la coreografía, los pasos y lo demás.”

Viviendo durante toda su vida en la isla, para Jesús las opciones eran variadas, pero no tan convencionales como en algún otro lugar, escogió practicar la danza de los viejitos con la edad de 10 años, y es que en aquel baile de orígenes prehispánicos, en los grupos de “viejitos” casi siempre constan de 4 miembros, la mayoría jóvenes y niños. “Yo estoy en la danza desde el 2003, tenía unos 10 años.”

Al haber concluido con sus estudios de ingeniera informática en la capital michoacana, Jesús regreso a su natal Janitzio para volver a ponerse los huaraches, el sombrero y el zarape y así ganarse la vida, para él. Preguntándole sobre si en algún momento la migración ha sido una idea en él su respuesta fue negativa, “Nunca he pensado en migrar, no me gusta la vida de la ciudad, mucho ruido es agobiante.”

Para finalizar, Jesús habla de cómo para él, que su pueblo sea ya un destino turístico a nivel mundial le parece algo tan normal y que al ser un pueblo pequeño en medio de un lago lo hace sentir seguro. “Desde que era un niño yo miraba como se llenaba de gente por las fechas de noche de muertos, durante las vacaciones… Es tranquilo vivir aquí, no hay secuestros ni asaltos, todo el mundo se conoce.”

Después de un breve descanso, Jesús llama a sus compañeros, se ponen su máscara, se acomodan el sombrero y continúan bailando, puesto que los turistas disfrutan de esta danza, tanto como ellos el ver que su trabajo sea reconocido. “He ido a participar a otros estados”, presume.