Morelia, Mich. | Acueducto Noticias/Carolina Nambo.- Ana Dalay, joven de Tlaxcala que desde muy pequeña comenzó a interesarse por practicar Chilillo «llevó muchísimo tiempo jugando, he sido campeona nacional y estatal».
Cuenta que es un juego mental, que se practica en un tablero de madera, donde se utilizan 34 canicas de colores y un dado, el cual se puede jugar entre dos o cuatro personas.
El dedicarle tiempo a esta práctica, lo ha puesto como campeona Dalay «llevo ocho años jugando y un campeonato nacional y siete estatales». Su mirada y optimismo son el reflejo de su felicidad, por lo que ha logrado durante este tiempo.
Pero más que ganar premios, Ana explica que; para ella los juegos tradicionales, son una forma de rescatar las tradiciones y esto es algo que la impulsa para seguir preparándose, ya que se siente muy orgullosa de ser parte de ellos.
Su rostro refleja alegría y el orgullo: ‘los juegos son algo que rescatan de donde venimos, nuestras culturas, nuestras tradiciones, por lo que a mí me gustan mucho, con ellos represento de dónde soy y de dónde vengo’.
En sus inicios solo jugaba por diversión, pero con el paso del tiempo le tomó cariño a esta práctica, que ahora la ha llevado a viajar a otros estados. Ana recuerda que el primer estado al que viajó para competir fue Querétaro y de ahí, comenzó a competir dentro de otras entidades.
-¿En qué lugares has asistido por parte de las competencias de los Juegos Autóctonos y Tradicionales?
«Inicié en Querétaro, Guadalajara, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Sonora y ahora en Michoacán.»
El ser ganadora la motiva, para compartir sus conocimientos con otros de sus compañeros que inician en competencias locales de Chilillo. El practicar es esencial, pero Ana siempre les aconseja que antes que nada, comprendan sus raíces y no se avergüencen de lo que son.
«Es esencial prepararse, pero también es entender, comprender de dónde vienes, tu origen y pues eso te hace ganar.»
En el camino de las competencias no solo hay triunfos, también está el lado de la moneda. Donde se deben de sacrificar reuniones familiares y con amigos, como también aceptar que no siempre se puede salir victorioso.
Lo que en sus inicios le ocurría, fue entonces que decidió dedicarle más tiempo a su entrenamiento antes de las competencias, ahora con el paso del tiempo, cuenta con más experiencia.
«Tuve que dedicarle meses para poder sentirme segura para ir a competir. A veces quería salir, pero también pensaba en que quería llegar a ganar y aunque sentía feo el no estar con mis amistades, seguía con mi firme propósito de ser campeona.»
Pero ahora el panorama es muy distinto, se siente muy segura, busca mantenerse entre las mejores competidoras. Desea que los juegos tradicionales no se pierdan, por lo que en un futuro planea ser parte del equipo de maestros que luchan por que sigan de pie las costumbres.