Valencia/Héctor Tenorio
Salir de Caracas rumbo al interior del país se puede volver un reto mayúsculo, tanto para el extranjero como para el nacional, la terminal de pasajeros ‘La Bandera’ es compleja si uno desconoce la logística del lugar y las distintas opciones de transportarse. Me acerco al operador del autobús con la intención de saber el precio del boleto, éste anunció que el costo del pasaje Caracas-Valencia es de cuatro mil 500 bolívares.
Los reclamos no se hicieron esperar, una señora molesta alegó:
-Apenas ayer costaba el pasaje tres mil 500 bolívares, esto es un abuso.
El chófer de la unidad contestó bruscamente.
-Nos informaron apenas ayer en la noche. ¿Qué quiere que haga?
La discusión se prolongó al infinito y al final, llegó la resignación. Entonces se formó una larga fila compuesta por más de 50 personas.
Sin embargo, pasó media hora y no llegó una nueva unidad, solo un chófer de otro autobús gritando:
– ¡A Valencia, con aire acondicionado por solo seis mil bolívares!
Más de uno de los que estaban formados en la fila lo pensó; adelante de mí estaba una mujer de 35 años, mulata, físicamente fuerte, viajaba con dos niñas; una de 12 y otra de ocho años, para ella es imposible tal opción que le ofrecen, pero el señor que estaba a su lado lo meditó y quince minutos después se fue a Valencia.
Pasaron 90 minutos hasta que llegó la unidad que, en teoría, debería llevarnos a Valencia, la fila se multiplicó, hay alrededor de cien personas. Los afortunados que lograron subirse a la unidad (me incluyo), nos llevamos una desagradable sorpresa, el costo de viaje había subido a cinco mil bolívares.
Los reclamos subieron de tono, un hombre reclamó de manera fuerte.
-Se nos informó hace un rato que el viaje costaba cuatro mil quinientos bolívares.
Un hombre muy obeso gritó, enojado:
-Yo solo traigo cuatro mil quinientos bolívares, no sé cómo le va hacer
El chófer acabo con la rebelión de un solo golpe.
-Miren señores, este autobús iba a ir a Puerto Cabello y se decidió que cambiará de ruta, el pasaje cuesta cinco mil bolívares y quien no esté de acuerdo puede bajarse.
Fin de la rebelión.
EL REGRESO
La historia en el terminal Big Low Center de Valencia, no es muy distinta, había una larga fila para viajar a Caracas, de repente un chófer bajó de su autobús blanco y gritó, “¡por seis mil bolívares a Caracas!”, la fila se rompió y la unidad se llenó rápidamente.
Cuando ya todo estaba listo, el chófer informó que todos tienen que bajar por que las autoridades de la terminal no lo dejaban salir, ya que no cuenta con un permiso.
El caos se apoderó del camión, alguien grito “¡que nadie se baje!”, una señora le reclamó al operador “págale a las autoridades para que podamos viajar”.
El chófer no supo que hacer.
-Yo quiero viajar, pero dice que esta unidad es ilegal.
La discusión terminó y los pasajeros, incluido yo, bajamos.
De nuevo en la fila interminable estamos, pero no habían pasado ni cinco minutos cuando del lado derecho se escuchó una voz “a Caracas”, es un autobús que se ha parado y cuenta con nueve asientos vacíos. El asistente del chófer informó que el costo del viaje es de cuatro mil bolívares.
Arriba de la unidad uno respira…