Uruapan, Mich. | Grecia Ponce/Acueducto Noticias.- Al conocer a Alejandra Almonte, más conocida como Ale, La Diabla Almonte, llama la atención la delicadeza de su figura, su apariencia ultra femenina y una sonrisa de dientes fuertes y hermosos.
A primera vista es difícil imaginarla arriba de un ring, dando y recibiendo ganchos y directos; derribando rivales o entrenando con un sparring, que además es un varón, que parece medir medio metro más que ella.
Sorprende además que de catequista pasó a ser pugilista o que en lugar de una fiesta cuando cumplió 16 años, le suplicó a su madre que le diera permiso para pelear y repartir jabs y uppercuts.
Sin embargo, su supuesta fragilidad es engañosa y cuando se sube al encordado, se transforma en una amazona poderosa, de quien es mejor mantener el hígado y la quijada muy, muy lejos.
Según la entrevistada, todavía hay quien piensa que las mujeres no tienen el mismo empuje o la resistencia física para dedicarse a este deporte, pero los hechos demuestran lo contrario. Recordó que para un boxeador o una boxeadora, son los mismos entrenamientos y la misma preparación.
Consideró que la sociedad ya está acostumbrada a ver combates femeninos, pero más allá de eso opinó que se debe de apoyar a los deportistas que sobresalen.
Dijo que atrás del espectáculo del ring está el entrenamiento, la alimentación, el equipo y el esfuerzo y los costos que todo esto conlleva para un atleta de alto rendimiento.
De catequista a Diabla.
Evocó que cuando tenía entre 13 y 14 años fue catequista y que su entrenador de ese entonces le dijo que abajo del ring era linda y buena onda, pero ya en el encordado, hasta le cambiaban los ojos. Por eso el mote de La Diabla.
«Yo al principio no quería, porque como era catequista temí lo que dijeran las personas de mí, pero el nombre se me fue quedando. Primero me decían Diablita. Dejé de ser catequista y se me quedó el apodo de Diabla, porque ese mote tenía más impacto».
Alejandra dejó de enseñar el catecismo, pero no por falta de perseverancia, sino por sus varias ocupaciones. Entre ellas, el estudio, el cual dio frutos.
«Terminé la carrera de Ingeniería en Industrias Alimentarias. Ser deportista no es fácil, tienes que invertir mucho tiempo. Pero estaba yo trabajando, estudiando y boxeando. No baje de calificaciones y también tuve muchos resultados en la categoría amateur. Hay personas que me admiran , por lo que he logrado».
¿Equidad?
En la actualidad se debate si es equitativo que los hombres que se consideran mujeres y que se autodenominan mujeres trans, compitan en el deporte contra mujeres.
Sobre el tema, la entrevistada explicó que en materia de boxeo, el mundo fue testigo de una pelea entre una de estas personas trans y una contrincante femenina:
«Lastimó mucho a la boxeadora. La verdad yo sparreo con hombres y se siente la fuerza varonil. Aunque repriman su fuerza nos dejan moretones. Le abrimos la puerta a todos, pero este es un tema bastante extenso, en el algunos pueden estar a favor y otros en contra».
Sin embargo, «la cuestión integral física de una boxeadora, no se compara con la fuerza de alguien, que al final de cuentas tiene la fuerza de un hombre. Se va a sentir el golpe. No es lo mismo una persona con un impacto de 10 onzas en contra de una mujer con un calibre de 8 onzas».
Por otro lado, la pugilista manifestó que se considera feminista y que para ella esto significa «luchar por las mujeres y tratar de cambiar las cosas, ya que todavía hay hombres en el mundo que son machistas».
«Las mujeres nos tenemos que superar. Tenemos que abrazarnos entre nosotras. Muchas están sobresaliendo en la cuestión política. Tenemos mayor participación femenina y antes no se valoraban sus aportaciones. Incluso el boxeo femenino ofrece mayor espectáculo que entre el boxeo masculino».
«Una maestra de la universidad nos dijo una vez que el ser bonita no te hace inteligente, pero la inteligencia no está peleada con la belleza. Creo que las mujeres tenemos mucho potencial y muchas capacidades y me da coraje que la mujer se sienta débil».
«Debido a que práctico un deporte de contacto me siento segura y fuerte y no porque se trate de golpear, sino una por sí sola valerse en todos los aspectos».
«Así como hay hombres que golpean mujeres hay mujeres que agreden a los hombres y en todos estos casos se debe poner atención, porque lo que no debe existir es la violencia. Los hombres que sufren maltrato deben alzar la voz».
Alejandra se ha dedicado a boxear, pero también liderea la dirección del Deporte de Ziracuaretiro, municipio que la vio nace y en donde apoya a los jóvenes atletas.
Conoce de primera mano, lo que cuestan los equipos; qué tipo de apoyo requiere un deportista y lo difícil que es su desarrollo.
El infinito es el límite.
Evocó que sus tíos boxeaban y que posiblemente de ahí le viene el amor por esta disciplina, la cual practica desde hace nueve años.
En mayo pasado debutó profesionalmente y su segunda pelea fue el pasado 22 de julio en Valle de Santiago, Guanajuato.
Tiene muy claro hacia a dónde se dirige.
-¿Hasta dónde quieres llegar?
-Hasta ser campeona del mundo y más allá. Después de ser campeona del mundo sigue el defender los títulos. El objetivo de todos los boxeadores es ser campeón del mundo y seguir. No es un camino fácil. Es un camino difícil y no por la dificultad de las peleas, sino cuestiones de críticas, de apoyos, de manejadores. Pido que Dios me bendiga y que encuentre a las personas adecuadas en mi camino, ya que así como hay personas malas, hay personas buenas.