Morelia/Enrique Castro
A pesar de la lluvia, el Morelos lució lleno, nunca falla cuando viene un equipo de los llamados grandes del futbol mexicano, en esta ocasión: el América se hizo presente.
Mientras en la cancha el juego se desarrollaba de manera fluida, en las gradas la gente lo disfrutaba a lo grande; gritaban, chiflaban y «mentaban madres» al árbitro o jugadores.
Cayó un gol de Monarcas; los americanistas callaron y los locales gritaron. La cerveza «volaba» y se confundía con la fuerte lluvia.
El segundo tiempo comenzó flojo en la cancha y en la tribuna, era necesario un gol para encender de nuevo el ambiente. El famoso «semillas» miraba el partido tranquilo, ahora no regalaba su producto.
El América presionaba al final del encuentro y Morelia aguantaba, porras y porras se escuchaban. A contragolpes el equipo local pretendía hacer un gol para «cavar la tumba» del equipo capitalino.
Una falta en el área del visitante en el tiempo complementario ocasionó gritos de felicidad; un penal a favor de Morelia. El niño de cara pintada gritaba y su papá rezaba.
Fotografía Enrique Castro
Cayó el gol y con el finalizó el encuentro. Dos a cero, conatos leves de bronca de los aficionados enojados, sin embargo, con esta segunda victoria seguida de Monarcas en el torneo la gente salió feliz y claro, sin lluvia ya.