La aparente calma

Imagen: Héctor Tapia
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La Ruana/Héctor Tapia

Largas son las filas de plantas de limón. Hileras verdes interminables. Al fondo una fila de cerros que encierran el aire cálido en Felipe Carrillo Puerto, mejor conocido como La Ruana, en el municipio de Buenavista Tomatlán.

Enclavada en la zona de Tierra Caliente, esta región vio nacer el 24 de febrero del 2013 el levantamiento armado de la población en respuesta a los embates de los Caballeros Templarios.

Otro de los momentos más críticos se vivió el 16 de diciembre del año pasado, cuando se enfrentaron los grupos simpatizantes de Hipólito Mora y de Luis Antonio Torres, alias El Americano. Ahí murieron 11 personas, una de ellas el hijo del primero.

Los “muchachos” de Hipólito Mora están sentados charlando, sentados en sillas de plástico.

La Ruana es una comunidad donde el principal transporte es la motocicleta, con un ambiente árido, caluroso. Seco.

 

¿Cacería?

Para ellos hay una aparente tranquilidad en la región, pero es justamente así: aparente.

Son cuatro, ellos se entregaron también junto a Hipólito Mora ante la Procuraduría General de Justicia del Estado para que se investigara dicho enfrentamiento.

Acordaron con Mora Chávez que ellos no darían entrevistas; sin embargo acceden a platicar sobre lo que ocurrió el 16 de diciembre pasado.

Estos “muchachos”, como les llama Hipólito Mora, tienen entre los 50 y 60 años. Hablan directo y francos, pero amables.

Se juntan todos los días luego de la jornada de cortar limones. Ésta actividad agrícola es la más importante en esa región. Aunque también cosechan otros productos.

Se acaba la jornada, alrededor de medio día, y se van a casa de Hipólito.

Durante la charla, uno de ellos cuenta que la situación que se vive en La Ruana es tensa. Apenas esta misma semana, la noche del 17, en el poblado que se llama 18 de marzo, fue asesinado un compañero de ellos durante el festejo de esa población. Le arrebataron la vida de tres balazos por la espalda, en la nuca.

Dicen que esto podría ser el inicio de la cacería de los afines a Hipólito Mora.

Responsabilizan a los H3 de este asesinato. Dicho grupo está vinculado con el Luis Antonio Torres, El Americano, quien también estuvo preso y fue liberado, con su gente, un día después que fue liberado Hipólito Mora.

 

La “traición”

El 16 de diciembre el grupo de El Americano iba con todo contra Hipólito Mora. La determinación era clara, asesinar al ex líder fundador de las autodefensas en esa zona del estado.

Los “muchachos” recuerdan que el grupo de El Americano, justo un día antes del enfrentamiento había expirado su cargo dentro de las Fuerzas Rurales, y –aún armados- se dirigieron hasta el lugar donde estaba Hipólito para enfrentarlo y asesinarlo.

El grupo de Mora Chávez aún formaba parte de las Fuerzas Rurales, sus credenciales expiraban el 30 de diciembre,  dicen mientras muestran las identificaciones.

Señalan que los afines a El Americano les agredieron primero, y que al ser ellos autoridad en ese momento simplemente se defendieron. El hecho de que eran autoridad, dicen, era suficiente para avalar que habían sido agredidos por civiles armados.

“Se querían chingar a Hipólito”, remarca uno de los “muchachos”.

Ese día perdieron la vida 11 personas, entre ellas el hijo de Hipólito Mora. De estos 6 fueron del grupo de El Americano.

Cuentan, mientras muestran los videos que tienen de ese día, ese día hubo una hora aproximadamente donde se recrudeció el enfrentamiento.

Estos videos fueron entregados a la juez cuando se presentaron ante la autoridad para favorecer las investigaciones. Ni siquiera fueron tomados en cuenta, dicen.

Los videos, cuentan, habían sido subidos a internet por los mismos de los H3, gente de El Americano, donde presumían las intenciones de asesinar a Hiipólito. Tampoco esto contó y finalmente les dictaron auto de formal prisión.

“Son chingaderas” dice uno de ellos al referirse a los dos meses y medio que duraron presos, hasta que finalmente les revocaron esa sentencia la semana pasada.

 

H3, Siguen armados

Ellos, los muchachos de Mora Chávez, están a la espera de que les resuelvan si les reintegrarán a sus funciones como elementos de la Fuerza Rural. Fueron desarmados mientras tanto.

Quienes no están desarmados, señalan sentados bajo una sombra, son los de El Americano. A éste último, dicen, de vez en cuando se le ha visto, después de su liberación, principalmente en la noche.

Su gente sigue armada, dicen. Esto a pesar de que hay presencia del Ejército en esa comunidad.

Ya mataron a uno. Temen que en cualquier momento les toque a ellos. O que también intenten asesinar a Hipólito.