Juan Mendoza, artista itinerante de la madera

El artesano, originario de la comunidad de Cuanajo, desde hace tres décadas se dedica a tallar figuras de madera que expone y vende en las calles del Centro Histórico de la ciudad

(Foto | Zayda Solís)
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Morelia, Mich.| Acueducto Noticias/Zayda Solís.- El entorno cotidiano está lleno de personajes interesantes, todos tienen algo que contar.

En la cerrada de San Agustín un señor de la tercera edad caminaba a paso lento con un diablito donde llevaba máscaras de madera.

Colocó las máscaras, mesas y bancos en una esquina de la Plaza de San Agustín, en espera de los clientes sentado en una silla de madera.

Juan Mendoza, de 73 años, originario de Cuanajo, localidad perteneciente al municipio de Pátzcuaro, usualmente vende de manera itinerante en esta ciudad capital o en Guanajuato, piezas de madera que él mismo talla.

Sus piezas decorativas y otras utilitarias como bancos, sillas y mesas tienen originalidad, porque como dice el señor Mendoza, no le gusta copiarle diseños a otros: “no imito, estoy haciendo por mi propia iniciativa, es decir, no copiarles a otros, sino inventar, diseñar propiamente”.

Don Juan cuenta que nunca se casó porque no tuvo suerte para eso, “nunca me he casado, porque ando en la vagancia, no tuve suerte para el matrimonio, por eso digo que mejor estar solo”.  Dice ser una persona feliz haciendo sus piezas de madera que vende para sostenerse económicamente.

Aunque sus piezas son de madera, el artesano manifiesta preocupación por el tema de la reforestación, porque no está de acuerdo en que sólo se talen los bosques, por eso “yo tengo un pequeño bosque de donde obtengo la madera, un terreno que reforesto y no solamente exploto de manera irracional”.

Sobre los árboles “yo los tumbo. Uno sabe que no debe de cortar la madera para que no haya sequía, o sea, que tengo educación para trabajar con cierta inteligencia como dicen que los empresarios saben hacer las cosas bien, otros entran, acaban y no reforestan, hacen tonterías, acaban y hacen su billete y se van a otro lado. Ese no es el chiste, es renovar la materia prima”.

Cuenta que de la diversidad de árboles que tiene en su pequeño bosque “hay encinos, pinos de mi tierra, la madera, yo no la compro. Tengo un bosque bien reforestado, en ese bosque estoy practicando una técnica sencilla pero significante para la reforestación, consiste en pino y oyamel o pinabetes y ese pues propiamente yo voy al bosque. Luego vengo aquí a Morelia o Guanajuato, por allá se vende bien, el problema es la distancia”.

“Traer camioneta conmigo es arriesgarse porque a veces me perturbo, pienso otra cosa y dejo de pensar lo que debería pensar y ese es mi problema, mejor para no arriesgar uso un diablito, con una pequeña carguita y lo transporto por medio de un autobús”.

Son alrededor de tres décadas que el señor Juan ha dedicado a trabajar la madera, originalmente se dedicaba a la carpintería en la ciudad. “Lo vi tantito, como uno es listo para hacer cositas de madera. No necesito mucho que me digan, trabajé en ciudades grandes como carpintero. En la carpintería es delicada la gente, se requiere de madera bien hecha, bien pintada, ahí fue donde aprendí”.

Sobre las ganancias, dice que obtiene lo necesario para subsistir. Además de dedicarse a la carpintería también es agricultor, “sí se gana, pero ahorita ando sembrando. Me sirve porque tengo unos caballos y para darles de comer necesito sembrar para la pastura, sin pastura es difícil mantener a los caballos”.

Sobre sus planes a futuro, el artesano independiente acotó: “si me canso tengo otros planes más ligeros como tener una granjita”.