LIBRE EXPRESIÓN…
“Un Estado donde quedan impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo, termina por hundirse en el abismo.” Sófocles (496 a.C. – 406 a.C.).Poeta y dramaturgo griego.
En los últimos días, jóvenes que se dicen estudiantes de las escuelas normales de Michoacán, en especial de la ubicada en Tiripetío, han violentado leyes y el derecho de terceros sabedores de que gozan de total impunidad.
Ha sido recurrente escuchar a diversos políticos en el poder invitar al diálogo, como lo acaba de hacer el secretario de Gobierno, Carlos Torres Piña. El problema, es que es evidente que a los presuntos normalistas no les importa, así que, ante el intento fallido del diálogo o del cumplimiento de los acuerdos, ¿cuánto más debe soportar el ciudadano afectado? ¿qué debe pasar para que las autoridades en turno apliquen la ley?
Ojalá que cuando lo intenten no sea demasiado tarde. Ojalá que los normalistas no se encuentren con un ciudadano enojado, molesto, preocupado o desquiciado, que, así como ellos, pretenda tomar la “justicia” en sus manos y provoque una desgracia.
No es un asunto nuevo. Varias administraciones estatales se han doblegado ante las fuerzas básicas del magisterio estatal. Alguna vez, como sucedió en la de Fausto Vallejo, se han “envalentonado” e intentaron aplicar la ley, pero, prácticamente de inmediato, se arrepintieron y les volvieron a procurar impunidad total.
La semana pasada, además de las manifestaciones, presuntos normalistas intentaron robar un vehículo, finalmente fueron detenidos y en la persecución, uno de ellos resultó herido por arma de fuego de integrantes de la Policía Morelia, que evitaron el delito.
Falta conocer el resultado de la investigación de la Fiscalía General de Michoacán, en especial, para saber si hubo o no exceso de fuerza, si los policías fallaron o no en la aplicación del protocolo.
Sin embargo, políticos del oficialismo estatal rápido salieron a defender a los presuntos normalistas delincuentes. Pretenden que policías sean brujos y condescendientes, es decir, que al perseguir a delincuentes adivinen que se trata de normalistas y entonces les permitan hacer lo que les plazca.
Autoridades y políticos defensores de normalistas que violentan las leyes, parecen pedirle a la ciudadanía que se aguante, que, si se trata de un estudiante de la normal de Tiripetío, por ejemplo, permita que le roben su vehículo, la mercancía que carga o no se queje por los destrozos que le ocasionan a su propiedad.
El mundo al revés. El problema es que, si sigue esa impunidad y esa defensa a ultranza desde la clase política, la probabilidad de una desgracia crece constantemente.
A nadie le conviene la ley de la selva. Al que se piense el más poderoso, más delincuente, más corrupto, más abusivo, le llegará la horma de su zapato y eso puede terminar bastante mal.
Las manifestaciones con actos de vandalismo y delincuencia que se desarrollaron la semana pasada, deberían de tener consecuencias antes de que sea demasiado tarde.
Está claro que los normalistas no respetan a la autoridad, que les han tomado la medida, así que, mientras gocen de total impunidad seguirán robando vehículos y mercancía en las narices de las autoridades, en pleno centro histórico de Morelia.
Urge de una estrategia quirúrgica para acabar con estos abusos. Los normalistas y cualquier otro grupo poblacional están en su derecho a manifestarse, pero, deberán respetar el derecho del resto de los ciudadanos.
De tal manera que, así como un ciudadano que se roba un vehículo, se le detiene y se le comprueba la culpabilidad termina en la cárcel, así debe ser con un normalista.
No perdamos de vista que la impunidad es una señal inequívoca de gobiernos corruptos. No olvidemos que en México no se denuncia el 94 por ciento de los delitos y que de cada 100 denuncias que se presentan, sólo se resuelven 14. De ese tamaño la impunidad.
El colmo es que, la impunidad con los normalistas está a la vista de todos.
Por lo pronto, el fiscal de Michoacán, Adrián López Solís informó que ha recibido 10 denuncias contra normalistas, pero el Poder Judicial no ha presentado la suya, y los dos que detuvieron tras su intento de robarse un vehículo, enfrentan el proceso en libertad.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.