Parácuaro/Redacción
En el brevísimo texto del periodista Humberto Castillo se muestra los momentos tensos que se vivieron, previos a la liberación del líder de los autodefensas de Antúnez, a quien la fuerza federal había detenido, provocando bloqueos carreteros de sus seguidores y el amago de topar hasta donde fuese necesario:
“Él nos da mucho trabajo, es una persona muy querida, por eso cerramos la carretera”, dijo uno de los manifestantes con cartulina en mano, luego de la detención de Federico Villegas, líder de los autodefensas en Antúnez, por policías federales.
Junto a otro grupo de inconformes, señalaron que, él es una persona de trabajo, ha ayudado mucho al pueblo, a mucha gente ha apoyado, por ello decidieron cerrar la carretera Cuatro Caminos-Apatzingán a la altura de Antúnez, tenencia de Parácuaro.
El grupo de inconformes, aseguraba que estaría en el bloqueo el tiempo que fuera necesario. Sin importar que llegara “el gobierno”.
Hasta que él nos hable por teléfono o nos llame su esposa que ya lo dejaron libre, nos vamos a quitar, la gente está dispuesta, dijo uno de los entrevistados, quien llevaba puesta gorra negra con la marca Armani.
A su lado, decenas de camiones de uno y dos ejes aguardaban ansiosos el tan esperado paso, que ocurrió hasta la noche del jueves.
Ante el cierre total de la carretera, taxistas aprovecharon para realizar servicios de Antúnez-Cuatro Caminos y Antúnez-Apatzingán, 30 pesos por pasajero.
Los manifestantes dijeron que ese día habían perdido de ir a cortar limón, por estar en la “lucha”.
Esta vez, hasta los maestros del grupo democrático magisterial que trabajan en la región de Apatzingán y Nueva Italia, fueron víctimas del bloqueo, porque no pudieron pasar en coche y otros tuvieron que bajar de los autobuses para tomar taxis.