Morelia, Mich.| Acueducto Noticias/Zayda Solís.- La calle, llena de personajes, acoge a uno de ellos: Harry, músico itinerante originario de California, Estados Unidos. Este hombre toca instrumentos como la armónica, la flauta y la guitarra. Los últimos 7 de sus 74 años los ha pasado viviendo en Morelia.
En la Avenida Lázaro Cárdenas, a la altura del mercado Independencia, un hombre tocaba la armónica. Nos compartió un poco de su historia: dijo que toca blues, aunque por muchos años tocó en bandas de rock y jazz. Puntualizó que usualmente se encuentra en la calle Vicente Santa María.
Conocedor de la vida
En Estados Unidos tuvo muchos trabajos, comentó: «Soy cocinero, he cocinado en restaurantes vegetarianos y soy constructor. Mi padre vende cosas, colecciona guitarras y las vende. A mi edad han sido muchos trabajos; también toqué en grupos. 30 años toqué en grupos en San José y California».
La música y la religión
Contó que llegó a Morelia porque aquí también se practica Hare Krishna, un movimiento religioso basado en el hinduismo que adora al dios Krishna. Comentó que gracias a la religión ha encontrado familia en la ciudad, su «familia adoptiva». Acentuó que se siente mexicano ya que sus abuelos nacieron en México.
Así, el viajero estadounidense canta feliz por las calles morelianas, recordando a sus familiares que viven en Hawái. Es padre de 6 hijos, tiene varios nietos y 2 bisnietos.
Mientras sostenía su armónica, compartió con ironía que es curioso cómo “la gente de dinero es la que menos coopera”; ha encontrado que la gente de a pie es quien le da algunas monedas: “La gente es muy amable aquí en Morelia, sobre todo en Lázaro Cárdenas y en Vicente Santa María. Más amables son los trabajadores de las tiendas; los policías, muy raro, pero sí dan”.
Con alma de viajero
A sus 7 décadas de vida, compartió que ha conocido varios países del mundo como China, Japón, India y últimamente México. Señaló que en Morelia su vida le resulta más económica; todos los días logra recaudar entre 100 y 200 pesos, que le sirven junto con su módica pensión para sobrevivir. Dice: “Las rentas en mi país son absurdamente caras, 10 veces más caras en Nueva York, San Francisco y Hawái”.
