Francia ganó el Mundial del VAR. Francia ganó por pegada. Francia ganó por el balón parado y porque tiene a Mbappé. Francia se lleva el Mundial de Rusia pero Croacia se lleva nuestros corazones. Los croatas pusieron el fútbol en la final, pero les faltó experiencia y perdonaron en las áreas. Sí, esta Francia es la campeona pero esta Croacia es inolvidable.
En el Mundial de Rusia ha ganado Francia pero ha perdido el fútbol, que ha retrocedido una década. El VAR es el futuro pero el juego ha regresado al pasado. Ha ganado Francia y el fútbol ha vuelto a 2006, al imperio de la táctica, del orden y del músculo, a un juego encorsetado por la pizarra, donde los futbolistas cumplen tareas pero tienen capada la imaginación. Se acaba (por fin) un Mundial tan feo y aburrido como bien organizado. Un Mundial con demasiados partidos, casi todos infumables. El Mundial 2018 que se ha llevado Francia. El Mundial del VAR. El Mundial con peor fútbol de los últimos 40 años. Los fallos y el balón parado han decidido partidos desquiciantes y desquiciados.
La final nació entre la tensión, los nervios y el miedo a ahogarse en la orilla. Croacia, que tenía menos que perder que Torrente en una playa nudista, monopolizaba la pelota ante una Francia dispuesta a imponer el estilo que le había llevado hasta el partido decisivo Mundial. Orden defensivo, músculo en el centro y talento arriba. Es un fútbol rácano y conservador, ideal para echarse la siesta al lado del ventilador o debajo de un pino, es un fútbol a veces casi ochentero, pero es el fútbol que propone Deschamps. Siempre podían ustedes (no yo) cambiar de canal o bajarse a la piscina, playa, río, pantano o meter la cabeza en la nevera.
Croacia maduraba el partido, casi lo masticaba, pero Francia estaba ahí tan pancha defendiéndose. Como si fuera el Atleti de Simeone, para que se hagan una idea. El plan galo de salir a la contra, no por previsible menos peligroso, era abortado por los croatas como Steven Seagal soluciona una discusión: a mamporro limpio. Las faltas preventivas dejaban a Griezmann y Mbappé apagados o fuera de cobertura.
Modric gobernaba con pie de seda el centro del campo y filtraba pases como el que a punto estuvo de controlar en el área el indetectable Perisic. Pero en la final ocurría más bien poca cosa. Consumióse el primer cuarto de hora en un tedio desesperante. Una falta (falta por decir algo) sobre Griezmann en el minuto 17 permitió a Francia utilizar su bayoneta preferida: la estrategia. Y así, en su primer tiro a puerta, llegó el gol francés. Griezmann la puso a la olla y Mandzukic, héroe ante Inglaterra, se vistió de gafe para peinarla a su propia portería.
Irreductible Croacia
Francia encontraba el gol antes que el fútbol. Vamos, como todo el Mundial. Intentó responder Croacia con la misma medicina. Modric botó la falta y Vida cabeceó alto en el 21. Los croatas, animadores y sufridores del torneo, no se iban a rendir. Su perseverancia ha sido una de las claves de su grandísimo Mundial y volvió a serlo para lograr el empate en el 28. Fue un centro al área . Allí hasta tres jugadores croatas tocaron de cabeza antes de que Vida se la pusiera en bandeja a Perisic, que batió con una volea cruzada a Lloris. Se lo merecían.
Pero poco le iba a durar la alegría a Croacia porque Francia volvió a encontrar el balón parado… y el VAR. Griezmann botó el córner y Perisic metió la mano. El árbitro no lo vio pero Matuidi corrió chivándose como un loco, igualito que Ballack el día de Ovrebo con el Barça en Stamford Bridge. Esta vez hubo VAR y Pitana, ese colegiado con cuerpo de montador de muebles de cocina, se fue al punto de penalti. Lo marcó con solvencia el propio Griezmann, que engañó a Subasic, y Francia volvió a ponerse por delante.
El VAR, que no entró a juzgar la dudosa falta sobre Griezmann previa al primer gol, sí que valió para que Pitana señalara el penalti de Perisic. Son esas cosas que desesperan del VAR. Vamos, si a España le llegan a pitar ese penalti hoy estamos cruzando los Pirineos para invadir Francia. Croacia siguió atacando y atacando, pero le comió el tiempo hasta el descanso y se marchó a la caseta perdiendo 2-1 cuando debió ir ganando por fútbol y por ocasiones.
Un penalti de VAR
Croacia arrancó furiosa en la reanudación en busca del empate. Lo evitó Lloris en el 47 con un paradón monumental al tiro de Rebic dentro del área. Parecía un Croacia-Arabia Saudi o un Croacia-Panamá porque el dominio de la selección arlequinada era absoluto. Francia se defendía a la desesperada como el boxeador que se tapa la cabeza con las dos manos para que no le den más golpes.
A Francia siempre le quedaba la indomable velocidad de Mbappé, que reventó a Vida y se plantó mano a mano con Subasic. El pie del meta croata evitó el 3-1. Se repitió lo mismo al filo del 60. Otra carrera de Mbappé con Croacia mal parada y esta vez si llegó el gol francés. Lo marcó Pogba después de un rechace en la frontal. Colorín, colorado, el Mundial estaba (casi) acabado.
Sentencia Mbappé
El gol fue un mazazo definitivo para una Croacia precipitada desde el inicio del segundo tiempo. Por si le faltaban males a los croatas se encontraron con la aparición estelar de Mbappé –el mejor jugador de este gris Mundial– que sentenció la final con un disparo raso que se convirtió en el 4-1. El Mundial se acababa con casi media hora de adelanto.
Quedaban por delante 25 minutos de la basura, vamos, como casi todo este Mundial. Se hicieron eternos, porque ni Croacia podía intentar una remontada imposible, ni Francia quería hacer más sangre. Al menos a Lloris le dio por animar el partido en el 69 con una cantada de esas que te acaban señalando si la cosa se tuerce. El meta del Tottenham, impecable en todo el Mundial, se durmió con la pelota en los pies y se la dio a Mandzukic, que sólo tuvo que poner el pie para poner un punto de incertidumbre con el 4-2.
Pero no había tiempo ni resuello entre los croatas para lograr lo imposible. Deschamps, por si acaso, empezó a blindarse y a acular (sí, todavía más) a su equipo. Lo intentó Croacia, se defendió Francia pero pasó el tiempo y, al final, los galos se llevaron el Mundial. Un Mundial raro, con más fallos que buenos partidos, en el que los franceses conservarán la Copa del Mundo y los croatas permanecerán en la memoria. Sí, Francia campeona pero Croacia inolvidable.
Fuente: OK DIARIO