Morelia/Redacción
En los ánimos de los primeros círculos del gobernador Fausto Vallejo Figueroa y del alcalde de Morelia Wilfrido Lázaro Medina no había muchas dudas, los hechos demostraban un real distanciamiento entre ambas figuras priistas.
Al exterior de ambos gobiernos y del propio PRI también se notaba ese distanciamiento, aunque no estaba claro cuándo y por qué inició. Incluso, en algunos actos oficiales, los mandatarios se mostraban fríos entre sí, algún saludo protocolario y no más.
Esa percepción ha cambiado radicalmente cuando a iniciativa del edil la mayoría del Cabildo, ante el rechazo principalmente de panistas, optó por reconocer al residente del Solio de Ocampo como un moreliano distinguido, lo cual se hizo en el marco del 473 aniversario de la fundación de Morelia.
Ahí, fue todo; ahí, se vio al alcalde echado pa delante, rumbo a la candidatura priísta al gobierno michoacano.
