Entre desafíos, la protección de las tortugas marinas en Playa Azul

Actualmente, Playa Azul es un popular destino turístico por la Expo Tortuga a finales de octubre, donde los visitantes forman interminables filas a la orilla del mar, para tener la oportunidad de liberar crías de tortuga marina.

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Lázaro Cárdenas, Mich. | Asaid Castro/ACG.- En las costas de Playa Azul, Michoacán, rescatistas como Santos Basurto y Santos Salgado, dos pescadores que dedican sus noches a proteger a la tortuga negra, especie que llega a estas playas para desovar entre julio y diciembre, junto con la tortuga golfina y la laúd.

Aunque han sostenido diálogos con autoridades para reducir el tránsito de vehículos en la playa, los esfuerzos han sido limitados, exponiendo los nidos a depredadores y otros riesgos que amenazan la supervivencia de estas tortugas, pues en el sitio se llegan a observar cuatrimotos y hasta camionetas tipo pick up a la orilla del mar.

Santos Basurto y Santos Salgado, pescadores comprometidos con la causa de protección de la especie

Este año, hasta finales de octubre, los rescatistas habían rescatado alrededor de 8,000 nidos de tortuga, en cada uno de los cuales puede haber entre 80 y 100 huevos, esperando que para diciembre el número de nidos protegidos alcance los 12,000 en un esfuerzo continuo por preservar la especie.

Sin embargo, ambos tocayos señalan que apenas una de cada 1,000 crías sobrevive hasta la edad adulta debido a múltiples amenazas, siendo los principales depredadores naturales los cangrejos, gaviotas y perros callejeros que encuentran en los nidos una fuente fácil de alimento.

Otra de las mayores amenazas son los “hueveros”, cazadores furtivos que extraen los huevos para venderlos en el mercado negro, donde la docena puede alcanzar los $90 pesos, explicaron Basurto y Salgado, quienes afirmaron que estos cazadores son impulsados por creencias populares que atribuyen a los huevos propiedades afrodisíacas o de buena suerte.

«Andamos en la noche y de madrugada, compitiendo con los hueveros, pero tampoco les podemos hacer frente porque si se ponen bravos», señaló Basurto.

A pesar de las dificultades, los rescatistas de Playa Azul se mantienen firmes en su misión de proteger a la tortuga negra sin recibir compensación económica, dedicando largas jornadas para asegurar que las crías logren llegar al mar; un esfuerzo esencial para la conservación de la especie.

Ambos rescatistas también hablan de pronto esperar recibir apoyo del gobierno municipal y estatal para que se les proporcione equipo de transporte, como cuatrimotos que facilite su trabajo, ya que actualmente recorren la playa a pie o en bicicleta durante jornadas que inician a las 9 de la noche y terminan a las 6 de la mañana, lo que hace difícil y agotadora su labor.