Morelia, Mich. | Asaid Castro/ACG.- El Centro Histórico de Morelia, especialmente en calles como Allende, Vasco de Quiroga y Melchor Ocampo, vive un caos diario con el tránsito de camiones y combis, que ha transformado el paisaje colonial en una densa marea vehicular.
Estas calles, que bordean la Catedral y conectan con el barrio de San Francisco, se ven atrapadas en constantes embotellamientos generados por interminables filas de transporte público.
Las rutas roja, coral y café, especialmente después del mediodía y durante la tarde noche, saturan el flujo vehicular, dejando a usuarios y automovilistas en largas esperas.
“No hay manera de cruzar sin quedarnos parados por minutos; sobre Allende en la noche es imposible moverse con tantas combis amontonadas”, comenta Luis, un trabajador que a diario recorre la zona en transporte público.
La congestión se extiende también hacia zonas aledañas como El Pípila, el Monumento a Lázaro Cárdenas y La Harinera hasta Prados Verdes, afectando cada tarde a quienes necesitan desplazarse en la capital.
En estas áreas, la hora de salida de las escuelas intensifica el problema, con unidades que se amontonan hasta paralizar las calles y dificultan la movilidad tanto de usuarios del transporte como de trabajadores locales.
“Desde el Caballito hasta las Tarascas, después de las 3, se tarda casi 20 minutos en recorrer 500 metros entre carros y combis”, relata Sandra, quien recurre a la ruta roja para sus traslados. “Caminar tampoco es opción porque tomo la combi en Vasco y debo cambiar en Catedral para otra ruta”, concluye.
Frente a esta problemática, la falta de infraestructura adecuada en el Centro Histórico ha intensificado la demanda de alternativas de movilidad. En respuesta, el gobierno estatal ha planteado el proyecto del metrobús, una medida que busca mejorar los tiempos de traslado manteniendo el costo de 10 pesos del transporte actual.
Este sistema, que proyecta iniciar en 2026 cubriendo la ruta de Villas del Pedregal a Ciudad Salud, también contempla en una segunda etapa la integración de un teleférico que conectará el Estadio Morelos con Santa María.
Sin embargo, para muchos ciudadanos, estas propuestas suenan a una solución lejana ante la urgencia del problema actual, y que excluye a varias colonias más de la ciudad.
“Es una buena idea, pero no podemos esperar dos años para ver una mejora; mientras tanto, la combi sigue siendo la mejor opción para quienes no tenemos carro o moto y para donde no van a pasar esos nuevos transportes”, señala Jorge, un usuario habitual del transporte público.
A pesar de los esfuerzos y los planes de modernización, la incertidumbre persiste entre los habitantes, quienes cuestionan si estos proyectos lograrán transformar la realidad cotidiana en un corto plazo.
Originalmente, las calles, concebidas para carruajes y no para cientos de vehículos pesados, luchan por adaptarse, aunque los proyectos de modernización ofrecen esperanza, el camino hacia el cambio aún parece largo y repleto de desafíos, mientras los transportistas actuales manifiestan su rechazo a estas propuestas.