Así como de sus anaqueles de libros se ausenta «Hasta no verte Jesús mío», así, en suspiros, va dejando en la utopía el deseo de charlar con Barack Obama, el presidente de Estados Unidos.
Ese sueño lo ve lejano la autora de decenas de libros, docenas de entrevistas y merecedora de casi medio centenar de reconocimientos, en casi cualquier parte del mundo. Por lo pronto, quedan para la historia sus entrevistas con figuras de la envergadura del escritor Juan Rulfo, el de «Llano en llamas»; del pintor Diego Rivera o de la actriz Dolores del Río.
Samuel: Si en este momento, hubiera el interés de entrevistar a alguien, ¿a quién sería y por qué?
Elena: Me hubiera gustado conocer a grandes personajes que, por desgracia, ya murieron y que no pude entrevistar.
Sin embargo, para la hacedora de «Lilus Kikus», «La noche de Tlatelolco», «Querido Diego», «El tren pasa primero», «Amanecer en el Zócalo» y «Nada, nadie», hay una figura contemporánea que le gustaría entrevistar.
«Ahora me gustaría (entrevistar), porque lo veo de lejos y me gusta cómo camina, cómo atraviesa rápido por donde pasa, al presidente Barack Obama», dice con cierta resignación ante la posibilidad de no poder hacerlo. Y, es que, enfatiza a la que el Premio Miguel Cervantes le cambió el resto de su vida, me emociona mucho que un negro haya ganado la presidencia de Estados Unidos y se haya cumplido el sueño de (Abraham) Lincoln»