Columna | Análisis
Hoy a las 15:32 minutos la Sala Regional Toluca del TEPJF confirmó la inexistencia de los agravios de la diputada Liz Hernández, y refrendó la dimensión social de la Libertad de Expresión como piedra angular de nuestra democracia deliberativa.
El sobreseimiento, «por desistimiento de la parte actora», conlleva el archivo del expediente como asunto definitivamente concluido.
Durante los últimos 3 meses, con 3 décadas de labor periodística, enfrenté una feroz, gratuita y delirante embestida que orquestaron asesores legislativos, oscuros burócratas electorales y estrategas de precampaña venidos a menos.
Estos incompetentes vividores del erario público hicieron apuestas perversas con precarios argumentos jurídicos y con reclamos extemporáneos que han llevado a la supuesta víctima Liz Hernández a desistirse, a retrotraerse y a recular de una causa perdida de antemano en el terreno jurisdiccional. Nada consiguió la quejosa en tribunales.
Ha sido una singular batalla personal, librada desde una posición vulnerable frente a tres aparatos institucionales para repeler una queja frívola, arropado únicamente con el generoso acompañamiento moral de los medios de comunicación,
es decir, sin disponer de los cuantiosos recursos públicos que controla el grupo político de la diputada panista, sin los inagotables viáticos que ejercen los órganos electorales locales, y sin las jugosas prerrogativas financieras que usufructúa mensualmente el perredista Octavio Ocampo.
En la defensa jurídica dieron lo mejor de sí ante los tribunales :
Lic. Monica Ferreyra García
Lic. Susana García
Lic. Álvaro Solorio
Ellos me libraron del estatus de «denunciado en grado de participación» por hechos ajenos presuntamente constitutivos de Violencia Política en razón de Género, lo que abría la puerta a quedar inscrito en un padrón nacional infamante y a recibir trato penal como delincuente de género.
Gracias a todos mis amigos por el respaldo espléndido e incondicional que me brindaron.
Postdata:
Enterados estamos de la embestida legal que enfrenta el periodista Joaquín López Dóriga por reproducir los dichos de otro actor político.
Fruto de mi experiencia reciente, solo aconsejo que se defienda con entereza y dignidad para esquivar la trampa procesal que quieren tenderle desde los órganos electorales nacionales, como intentaron hacerlo conmigo en Michoacán.
Hace unos minutos a Denisse Dresser le revocaron la sanción.