Morelia/Redacción
En la principal sede del Congreso del Estado se efectuó más que extraordinariamente el informe de actividades legislativas del diputado local Pascual Sigala Páez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Un patio congresista lleno, casi a reventar de invitados y no invitados; un mediodía de mucho ajetreo en las instalaciones del edifico que fuera del primer intendente de Valladolid, José María Anzorena.
Y es que había una razón más importante que el informe, la presencia confirmada del gobernador Silvano Aureoles Conejo, lo cual implica un fuerte blindaje al exterior de la sede en donde Miguel Hidalgo firmó el decreto para la abolición de la esclavitud.
De ahí que lugar prácticamente fuera sitiado por los no menos pares del informante, de todos los institutos políticos posibles, sino por funcionarios de todos los niveles del Ejecutivo estatal, aunque abandonaran sus funciones específicas en el quehacer público.
Él, el principal actor advertía que las miradas, todas, o casi todas, confluían hacia él, por eso sonreía, por eso saludaba ya abrazada hasta quien lo conocía y no exactamente a la viceversa; si él hombre estaba feliz, porque más allá del informe sabía, sabe, que es el principal protagonista de ese Congreso.