Morelia, Mich. | Redacción.- En el corazón de Michoacán, la celebración del Día de Muertos cobra vida en una colorida manifestación donde la Catrina se convierte en símbolo de historia y tradición. Este ícono mexicano, vestido de colores y bordados, es más que una figura: es un homenaje profundo y solemne a aquellos que se han ido y permanecen en la memoria de sus seres queridos.
Cada rostro pintado y cada traje elaborado es una expresión de respeto y alegría por la vida. A través de sonrisas y miradas de las figuras de la Catrina, se honra la muerte y se reafirma la creencia en el amor eterno, una convicción central en esta tradición ancestral de México.
Con música, danza y festividades en cada rincón de Michoacán, esta celebración se convierte en un acto de amor que une el presente con el pasado, y recuerda que quienes han partido siguen vivos en el recuerdo y en los corazones de quienes les sobreviven.