Samuel Ponce Morales
Considerado como uno de los mandatarios estatales del país con mayor nivel académico, Salvador Jara Guerrero nunca pensó ser gobernador de Michoacán; de hecho, su sueño de niño se cumplió cuando fue Rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).
De mirada casi extraviada, vestido informal, en un sábado no cualquiera, no cualquiera para él, cuyo ritmo de trabajo no le permite seguir haciendo sus ejercicios cotidianos, sobre todo correr y correr hasta arribar a una decena de kilómetros. Su inesperada irrupción en el ámbito gubernamental le dio un giro a su sentido de vida.
En una charla en Casa de Gobierna, en la sala situada en su despacho oficial, muestra un dejo de preocupación cuando habla de la situación que hay en el estado y que no solo empieza a sopesarla, sino delinear el cómo revertirla o al menos cómo sentar las bases en esa dirección.
El que se enfrentó a viejos vicios al interior de la UMSNH, donde el chantaje estudiantil y sindical era una cultura cada vez más grotesca, y que logró aminorarlos a golpes de diálogos y acuerdos sin presiones de por medio-, con su forma de gobierno aspira a recuperar aunque sea la mínima confianza de los michoacanos y michoacanas a las instituciones.
Pese a su formación ideológica, inclinada hacia la izquierda, respeta al partido político que ganó en las urnas este gobierno estatal y trata de darle su espacio, aun así trata de conformar un gabinete con los mejores perfiles, no importando posturas políticas, a excepción al parecer de panistas.
De ahí que no se extrañe la mezcla de priístas con perredistas, pero, por igual, en el gabinete empiezan hacer fuerte presencia integrantes de la sociedad civil, prácticamente apartidistas, cuya capacidad de trabajo, lealtad y honestidad está a toda prueba.
No, Salvador Jara no se veía en la titularidad del Ejecutivo del estado, fue sorpresiva su designación; jamás pensó en relevar al constitucional Fausto Vallejo Figueroa, aunque estuvo a punto de hacerlo con el dos veces interino, Jesús Reyna García.