Jesús Valencia Farías/Los Reyes
Un sonido como el que hacen las calderas del ingenio azucarero de Santa Clara de Vadallares cuando comienza la zafra, se escuchó estruendosamente en la plaza de Los Reyes.
Las personas que caminaban por el primer cuadro de la ciudad volteaban la vista sorprendidas al ver como un tráiler blanco subía a la explanada parroquial de la iglesia de Los Santos Reyes.
Las campanadas que llamaban a la misa comenzaron a armonizar con aquel fuerte sonido que no era el del ingenio, sino el de una decena de tráilers y camiones que sonaban el claxon y rodeaban el jardín de la plaza para acompañar a su colega chófer, a una misa de despedida antes de darle sepultara en el panteón municipal.
Las personas que acompañaban al tráiler que se estacionó afuera de la parroquia comenzaron a entrar en cuanto vieron que un grupo de hombres bajaron el ataúd que estaba sobre la parte donde se engancha el remolque en medio de un centenar de flores y se dirigieron al altar donde ya estaba el cura esperando.
Mientras tanto las cuatro de la tarde, la plaza estaba tranquila porque la gente se había ido a comer, los locales de los portales cerrados y los rayos del sol que se filtraban entre los arboles, hacia que las flores de la temporada se vieran mas brillantes. Algunas personas que pasan se paraban a mirar aquel imponente camión lleno de flores afuera de la iglesia.
Cuando terminó la misa, al dirigirse rumbo al panteón, el sonido del claxon que opacaba a todos los demás, se volvió a escuchar de forma estrepitosa.
Los familiares y amigos del muerto avanzaban con lentitud con un semblante triste ante la mirada de curiosos transeúntes que observan como pasaban los camiones en caravana cimbrando todo a su paso con aquel escandaloso sonido.
Los Reyes, Periban, Tinguindin, Tocumbo son municipios donde hay una amplia comunidad de tráileros y camioneros debido a que de esta región salen diversos productos de exportación a Estados Unidos y al mercado nacional como el aguacate, zarzamora, arándano, frambuesa y azúcar.
Esta manera en que se despiden los cachimberos se ha convertido en una tradición respetada, porque se hace una excepción en el reglamento de transito para dejar que camiones de carga entren al primer cuadro de la ciudad e incluso uno de ellos suba a la plaza frente a la iglesia.