Samuel Ponce Morales
1.- Más allá de que, en el caso de la acusación que fue de sedición a provocación del delito, canten victoria el abogado defensor, Ignacio Mendoza, y el diputado local, Daniel Moncada, que lo mantiene como rehén político, el ex vocero de las autodefensas michoacanas, José Manuel Mireles debe tomar actitudes más maduras y mucho más mesuradas, porque hablar y más por hablar es fácil.
2.- Mireles iba bien, más que bien, como conferencista, sobre todo con jóvenes universitarios que lo admiran, lo evocan y hasta lo asumen como un ejemplo a seguir, no tomando las armas, sino en la actitud para enfrentar los restos, más allá de los personales, aquellos de la vida social, más aun de las injusticias; en las céntricas calles, de inmediato es reconocido y no son pocos los que se atreven a pedirle se tome una seilfie con ellos.
3.- Mireles es un hombre que tiene mucho qué decir, pero requiere adoptar una madurez social que, a su edad, por su experiencia, por la lucha de las autodefensas, ya debería tener bien cimentada y no actuar en forma por demás apasionada. A él, le perdonaron su infortunado y fallido llamado a las armas, pero evidentemente está advertido, más allá de que su abogado se crea que ganó este round.