Hasta el momento, los legisladores locales, a través de sus respectivas instancias, no han socializado mediáticamente, como debería ser, la propuesta para regular las manifestaciones que de manera constante y permanente se dan principalmente en la capital michoacana; sin embargo, no por ello debe extrañar que esencialmente normalistas y maestros, del ala autodenominada democrática, se opongan sin más, bajo banderas de la libre manifestación, aunque en el caso de los mismo sus movilizaciones, en no escasas ocasiones, rayan hasta en actos fuera de todo marco jurídico, incluyendo, por supuesto, en el vandalismo, quedando mayoritariamente en la impunidad. Y, bueno, lo cierto, es que los hacedores de las leyes debieran dar a conocer lo más posible a la sociedad sus intenciones antes de aprobarlas, en gran parte lograrían consensos no imaginados, hasta ahora…