Morelia/Samuel Ponce Morales
1.- En los últimos años, el Colegio de Bachilleres de Michoacán, en los hechos, pierde credibilidad como una institución media superior con gran calidad académica -reflejada, en parte, en reconocimientos obtenidos a nivel nacional-, debido a los nada ortodoxos usos y costumbres de un viejo sindicalismo, propio de la década de los setentas.
2.- Un sindicalismo, bajo la estafeta directa e indirecta de Gaspar Romero Campos, quien, como se ha documentado, ha cometidos más que excesos en su relación con las autoridades en turno y hasta presuntas irregularidades que, de investigarse de acuerdo al marco jurídico correspondiente, seguramente tendrían que ser sancionadas.
3.- Y, ahora, Gaspar Romero Campos no accede por un perfil adecuado, porque su curriculm no lo llevaría ni a subdirector, vamos ni siquiera a catedrático o un cargo administrativo, lo acceden a la dirección general del Colegio de Bachilleres, lo cual solo se puede entender como un compromiso de político, de qué tamaño, no lo sabemos, solo sabemos de qué nivel…