Morelia/Julieta Coria
El Colegio de San Nicolás de Hidalgo, lucía repleto de invitados especiales, un desfile de personalidades paseaban el patio central junto a la figura de Miguel Hidalgo, con ofrendas florales a su alrededor, el ruido de la gente caminar y hablar empezaba a sonar cada vez más. Esta mañana la Universidad Michoacana, recordaría a Don Melchor Ocampo, el ilustre hombre, como dice la Historia, que hoy cumple 115 años de su muerte. Y esta mañana se le conmemora.
Autoridades educativas acudieron vestidos de manera muy formal, en su mayoría de traje negro, mostrando con orgullo su insignia de la Universidad, caminaban en el patio de San Nicolás. La banda de guerra ya alistaba los tambores y afinaban las trompetas. Las escoltas de las facultades, también afinaban detalles; las mujeres se maquillaban, cuidaban el rímel, pintaban su labios, acomodaban su peinado y estiraban las piernas, como calentando, para aguantar los altísimos tacones que la mayoría portaba.
Los invitados no dejaban de llegar, el lugar casi a punto de empezar, las ofrendas en el primer patio, repleto. Mientras que los escasos alumnos que no tuvieron clases, permanecían el segundo patio de arriba, sentados en el suelo, frente a sus celulares y en convivencia con sus amigos, les importaba poco lo que sucedía en el patio central.
Las aulas desiertas, los alumnos hoy desaparecieron, los maestros, esta mañana presumían tal vez sus mejores ropas, por el evento del día de hoy.
09:20 horas en punto inició. Un grupo de alrededor de 300 personas llenaba el pequeño salón, donde previamente se pidió que por motivos de conmemoración luctuosa, no eran permitidos los aplausos. Casi en silencio después del anuncio, se rindió honores a la bandera y el grupo ‘La matraca’ de la misma Universidad, con una vocalista de extraordinaria voz de tenor y violines, entonaron el himno nacional.
Enseguida la presentación del presídium, entre los que destacaron el rector de la Universidad Michoacana, Medardo Serna González, en compañía de Erasmo Cadenas Calderón , subsecretario de Educación Media Superior y la diputada de la XVIII legislatura Rosy de la Torre.
Ahí, el primero en hablar fue Fernando Vallejo Rodríguez, representante de la Masonería Michoacana, quien dijo que “el legado de Ocampo es fuerte y se aferra”. Al evocar la historia del personaje michoacano, Vallejo aseveró que priorizó el respeto a la libertad de elección, religión y pugnó por la laicidad y gratuidad de la educación. Su discurso fue tan largo que por lo menos causó entre los asistentes algunos pestañeos e incluso hubo quién se durmió por escaso minutos. Mientras que en los compañeros de prensa, los bostezos no se hicieron esperar.
Quince más minutos después, tocó el turno al director de la facultad de Químico-Biológico de la UMSNH, Homero Reyes Cruz, él destacó que “un hombre libre de buenas costumbres, semilla que dio aquí en el estado a uno de los hombres más claros para el país.”
Al concluir el discurso, apresuradamente la voz del micrófono hizo la invitación para continuar con la segunda parte del programa y ofrecer un depósito floral, en la sala contigua. Todos salen con rapidez. La ofrenda floral, la foto oficial y la banda de guerra de la Universidad que no dejaba de tocar.
No tiene para cuando acabar, pienso. Miembros observo desfilar la banda de guerra y tras de ella cada una de las escoltas de las facultades quienes empiezan a acomodarse para iniciar el desfile, no sin antes hacer escala en la Preparatoria Número 5, “Melchor Ocampo” ubicada casi frente al Colegio de San Nicolás, para colocar otra ofrenda floral y de la misma forma, fotos y fotos mientras las autoridades posan y la banda de guerra no deja de tocar.
Y así como parte final del programa, en la conmemoración de los 115 años del aniversario luctuoso de Melchor Ocampo, autoridades educativas, invitados especial, maestros de la Universidad, escoltas y la banda de guerra, marcharon por la avenida Madero hasta llegar a la Plaza Pública “Melchor Ocampo”, en la que realizaron una guardia de honor y la colocación de ofrendas florales por parte de las facultades, ante el asombro de cientos de morelianos que en se encontraban en las calles, y quienes con extrañeza grababan el acontecimiento urbano, y burocrático que cada año realizan.