Discriminación y violencia | Hugo Gama Coria

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Análisis

Como lo he manifestado en diferentes foros: Es necesario que desaprendamos conductas machistas, misóginas y discriminatorias y que, en cambio, aprendamos nuevas formas de ejercer las masculinidades; es necesario que tengamos claridad de que los derechos son para todas las personas pues, de otra manera, no podremos avanzar en la lucha para la erradicación de cualquier forma de violencia o discriminación en contra de las mujeres o los grupos vulnerables.

Sobre estos últimos, es común ver todavía en escuelas, centros laborales, espacios sociales, etcétera, posturas discriminatorias en contra de personas de la comunidad LGTBQ+ a quienes se les insulta, se les violenta, se les cierra el paso para ejercer cualquier derecho, lo cual limita su crecimiento personal, afectivo y profesional. Esto da cuenta de una sociedad que no alcanza su máxima expresión de civilidad.

También resulta habitual ver tratos ofensivos y violencia en todas sus modalidades en contra de las mujeres, en cualquier espacio y en cualquier momento; todavía existen quienes se oponen a sus procesos de empoderamiento, o que simulan ser solidarios con sus luchas más sensibles. En tal contexto prevalecen casos no denunciados en las aulas y en los centros de trabajo sobre acoso laboral, acoso sexual o incluso violaciones en contra de mujeres que tienen miedo de denunciar o que son amedrentadas por su victimario para hacerlo.

En el mes de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer y, en junio, el Día Internacional del Orgullo LGTBQ+, ambas son fechas de posicionamientos públicos que, sin embargo, aún no impactan en plenitud sobre en el colectivo; hay quienes se resisten a los cambios, y los ven con desagrado, hay quienes prefieren seguir pensando y actuando como en el medievo, quienes no quieren cambiar y siguen casados con las conductas ofensivas y violentas. Por ello he insistido en que sigamos desaprendiendo y reeducándonos todos los días.

Las reformas legales y nuevas disposiciones que emite el Congreso de la Unión, los Congresos Locales, así como los criterios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no son suficientes para erradicar la discriminación y la violencia en contra de las mujeres y la comunidad LGTB; no se pueden erradicar conductas e inercias de siglos en un abrir y cerrar de ojos, pero la lucha debe seguir. Cueste lo que cueste, y le pese a quien le pese.