Morelia/Julieta Coria
La calle Ocampo, en el centro histórico de la ciudad de Morelia, era un caos de caras y cuerpos; reunidos, con unos escases de cadetes y policías que desbordaban la zona. Afuera una exigente protesta silenciosa de trabajadores del Ooapas, daban la bienvenida a una decena de políticos y morelianos habían acudido al 3er Informe de Gobierno del edil, Alfonso Martínez Alcázar, el ‘independiente’.
El presidente electo de Morelia, Raúl Morón sonreía cabizbajo ante la prensa que le pedía una entrevista, periodistas y asistentes se movían de aquí para allá, a 34 minutos de retraso del 3er informe.
Al interior del teatro Ocampo, en ambas esquinas de las paredes de madera, se ubicaban los medios de comunicación, en medio y hasta atrás las cámaras para trasmitir el momento, al centro y junto al escenario, las lentes de los fotógrafos, que no querían perder ni un solo movimiento del independiente, es su último informe. Hasta arriba en el segundo, piso del teatro, se escuchaba el murmullo de las personas, y las del exterior, unas un poco más gritonas que las otras.
La presentación del informe fue muy similar a un programa de televisión; el edil se mostraba al centro del escenario con las manos vacías; al fondo, se transmitían animaciones sobre el tercer informe, el tema a abordar, un “video resumen”, o un fondo morado con la leyenda de “Los independientes cambiamos el rumbo de Morelia” en letras enorme y negritas, para resaltar.
Mientras se transmitían los videos, el edil se al centro hablaba, solo con una hojas blancas en sus manos, y debajo un vaso de agua, para hidratarse. Luce impecable, la figura del independiente que durante toda su administración lució; alto, saco negro, camisa blanca y corbata morada.
Recién iniciada la ceremonia y después de cinco minutos de presentación por parte del moderador, tomó la voz el edil para ocupar otros cinco minutos de saludos y agradecimientos, durante los cuales, una de las cámaras logró a todos los invitados, entre los que destacaban; Julieta López, directora de Comunicación Social del gobierno del estado, quien acudiera en representación del mandatario, Silvano Aureoles Conejo; Roberto López, presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado; Medardo Serna, rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH); José Trinidad Martínez Pasalagua, dirigente de la Comisión Reguladora del Transporte (CRT), y Raúl Morón, presidente municipal electo.
El Edil arrancó “Hicimos lo que nunca antes un gobierno municipal había logrado y le dimos rumbo a Morelia” al hablar sobre Morelia como “la ciudad más bonita de México”, para luego dar una explicación de todos los programas realizados durante sus tres años de gobierno y un largo repaso ‘los apuntes’ realizados con cierta minuciosidad.
Mientras tanto, en una plática perdida en el recinto, “Aquí está lo suavecito, abajo los violentos”, le dijo un sujeto en traje a un sujeto con chaleco periodístico, entre risas, a pocos minutos de haber iniciado el evento. Mientras Alfonso soltaba su perorata sobre los avances en Morelia y de decir, cerca de diez veces, que se realizaban acciones “sin precedente en el país”, el teatro comenzó a llenarse de gente, hasta llegar al límite.
Los videos mostraban toma aérea y paneos de puestos de dulces, calles, campos, carreteras y plazas, con una gruesa voz que narraba las acciones durante 1095 días de gobierno.
Al finalizar la hora y media de informe, Alfonso Martínez salió del escenario, y uno a uno los asistentes se fueron levantando para partir; poco sabían que únicamente se estaban entregando los saludos correspondientes.
El gobernador de Morelia, con su corbata morado ‘independiente’, se paró frente a todos con un pequeño pódium, desde donde volvió a agradecer la presencia de todas las figuras públicas ahí presentes, entregó un agradecimiento por la invitación y en especial a su familia que le brindó el apoyo incondicional, así como la entrega de un “mini informe” sobre los progresos a nivel estatal en coordinación municipal que han enriquecido a la ciudad de la cantera rosa.
Sin embargo, el final de los discursos no marcaba el final del evento; los medios se aglutinaron sobre el escenario para entrevistar al edil, pero Alfonso y su esposa, Paola Delgadillo se tomaban las fotos grupales con los funcionarios, personalidades y asociaciones ahí presentes.
Afuera, las figuras públicas habían salido todo lo contrario a como habían entrado, en total misterio y discreción, las sillas del teatro habían quedado vacías con la misma rapidez que las personas las habían ocupado; afuera, el aire de fiesta se había terminado.
No había ni una banda ni cientos de personas, solo los cadetes de un lado en formación, los manifestantes del Ooapas con sus cartulinas en lo alto, los medios de comunicación como pequeños ojos dispersos entre la gran plaza del recinto, y en las calles, un tráfico insufrible por las decenas de automóviles que abandonaban el Teatro Ocampo, cerrando el informe de la actividad política del independiente mayor en Morelia.