Caracas/Héctor Tenorio
En las avenidas , México, Bolivar,Urdaneta, Francisco Miranda entre otras los automovilists se movilizan a gran velocidad. Mientras que todas las estaciones del metro se encuentran funcionando. Incluso en el Palacio Federal sede del poder legislativo la vida transcurre con normalidad. Los 545 constituyentes finalmente tomaron protesta darán inició los trabajos de la Asamblea Nacional Constituyente.
De nada sirvió que Estados Unidos y muchos paises que no reconociera el resultado electoral. En cambio los gobiernos de Bolivia, Ecuador, Cuba y Rusia piden respeten a los más de ocho millones de electores que salieron a sufragar el pasado domingo.
La gente camina en las calles hablando de cualquier cosa que no sea política, tomaron un descanso de tantos días de tensión, aparetemente todo es normal, la Policia Nacional Bolivariana ( PNB), no se ve por ningún lado.
Camino confiado y con la preocupción sobre lo que escribire. Recibó la llamada de mi amigo Héctor Marín y nos ponemos a placticar, sigo caminando y empiezo a olvidar en la ciudad en la que camino. Voy rumbo al metro Parque Carabobo.
Pierdo el rumbo y me meto en la calle Romualda Malduca, casi voy a llegar a la avenida Fuerzas Armadas, cuando seis malandros me caen encima uno me sujeta por la espalda, “epa dame el celular”, mientras dos intentan quitarme el celular, “sueltalo”.
Forcejeamos, no lo suelto, uno de ellos me golpea en la cara y otro me da un golpe en el estomago. Solo así termino arodillodome y suelto el celular, veo la cara de quien me lo quito.
Se echaron a corren rumbo a la avenida Fuerza Armadas, me levanto de inmediato como puedo y corro tras ello, alcazo a quien lleva mi celular antes de que cruce la avenida quien lleva mi celular, lo pesco del cuello y con mi brazo derecho lo empiezó a estragular, le exigó, “devuelme mi celular”. Su cara se pone morada; asustado grito:“Yo no traigo nada me confundes yo no fui, sueltame”.
Los comerciantes de frutas y celulares que están en esa esquina se hacen a un lado, nadie me ayudó. En cambio, los cinco ladrones que me rodeaban empiezaron a golpearme,no lo lograron que soltara su amigo. En el jaloneo salió volando la pila y la tapa del celular. No paro de recibir golpes, terminaron tumbadome, rode por el suelo y ellos se alejaron.
Me levanto de nuevo,y estoy rodeado de los comerciantes los cuales me recomendaron que siguier a los ladrones.
-Les contesto que no, “son demasiados”.
-Me preguntaron, “¿qué te robaron?”.
-Les contesto, “el celular”.
Me dicen que no debó sacar el celular en la calle que no existe la ley en Caracas, voy a la avenida Urdaneta todavía estoy aturnido, revisó mis bolsillos y me doy cuenta que no traigo mi pasaporte. Lo busco en mi mochila sin ningún resultado, regreso a la esquina donde me robaron para hablar con los comerciantes.
-Uno de ellos me preguntan: “De dónde es usted”.
-Respondo “de México”.
Él racciono y me aseguró, “aquí es más peligroso que Culiacan”.
Le digo que me robaron el pasaporte y lo tengo que repotar para par que en la embajada mexicana me tramita uno nuevo. Les prengunto ¿dónde hay un patrulla? Nadie contesto.
Un señor de unos 60 años se ofreció a llevarme a levantar la denuncia a la Policia Judicial, en el camino me explicó, “todos son malandro desde que gobierna los chavistas, si no te roba el maladro, te roba el policia¿usted es chavista?”, le contesto que no.
Cruzamos la avenida y tratamos de hablar con el funcionrio se encuentra demasaido ocupado echando broma con una muchacha, en eso sale una mujer polici y el señor que me viene conmigo le dijo; “al señor le robaron su celular y el pasaporte, ¿Aquí podemos levantar la denuncia?” Ella me recomendo que fuera a levantar la denuncia a las oficinas que tienen enfrente del metro Carabobo.
Me despido del señor que me acompaño, prendo un cigarro y me dirigó al lugr donde me indicaron.
En el camino veo a un hombre renta su celular a cien bolivres el minuto, me detengo saco mi libreta y busco el nombre de Héctor Marin con quien hablaba, al abrir de nuevo mi mochila me encuentro mi pasaporte.
Le marco a mi tocayo, y lo primero que me dijo fue, “te robaron”. Para colmo el muchacho al que le rente el celular me cobro “350 bolivares” y me queria dar menos cambio.