Morelia, Mich. | Acueducto Online.-Tras obtener una mayoría aplastante en comparación con sus contrincantes, Claudia Sheinbaum, la primera mujer que presidirá México, asegura que gobernará bajo el signo de la reconciliación. “El día de hoy demostramos que México es un país democrático, con elecciones pacíficas y muy participativas. Agradezco también porque, por primera vez en 200 años de la República, me convertiré en la primera mujer presidenta de México”, dijo.
Agradeció a los millones de ciudadanos que le dieron su voto y al mismo tiempo refrendaron el proyecto de Andrés Manuel López Obrador. Así como a los candidatos, Xóchitl Gálvez (del PAN, PRI y PRD) y Jorge Álvarez Máynez (MC), por haber reconocido su triunfo .
Agregó que “concebimos un México plural, diverso y democrático. Sabemos que el disenso forma parte de la democracia y, aunque la mayoría del pueblo respaldó nuestro proyecto, nuestro deber es y será siempre velar por cada uno de los mexicanos sin distingos. Aunque muchos mexicanos no coincidan plenamente con nuestro proyecto, habremos de caminar en paz y en armonía para seguir construyendo un México justo y más próspero”.
Con el triunfo de Sheinbaum se garantiza la continuidad de la izquierda al frente del poder en México por, al menos, otros seis años. “Nuestro gobierno será honesto, sin influyentismo, sin corrupción, ni impunidad”. En materia económica, ha asegurado que se respetará la autonomía del banco central, habrá disciplina fiscal y austeridad presupuestaria. “Mantendremos la obligada división entre el poder económico y el poder político”.
Presentó su futuro gobierno como garantista, apegado a las leyes y al derecho. Y aseguró que reforzará la inversión pública en programas sociales para ampliar derechos y servicios como la educación, la salud, la vivienda y la cultura: “Es decir, vamos a seguir construyendo un verdadero Estado de bienestar”.
En materia de política exterior, dijo que dará continuidad a la doctrina de no intervenir en los asuntos internos de las naciones. También apostó por el continuismo de la política de seguridad de López Obrador, basada en atender las causas de la pobreza, en mantener el mando militar de la Guardia Nacional y en reformar el Poder Judicial.