CNTE, sin futuro

Especial
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Morelia/Samuel Ponce Morales

Casi todo un laberinto caminar entre ese moteado de casas de campaña, de puestos ambulantes y de las infaltables pero pequeñas congregaciones de charlantes y de charlatanes; todo, en ese hasta hoy infructuoso plantón magisterial, situado frente a la principal sede del poder legislativo del estado.

Los días pasan, y el “corazón” del centro histórico de la capital michoacana sigue en ese moteado que la afea, que la hace menos, que denota un sui generis tianguis; hay música de toda y en todas partes; hay un barullo entendible pero inexplicable al primer oído.

Hay reuniones entre los plantonistas, hay pases de lista y hay discusiones sobre más movilizaciones, las de aquí y las de allá, el cómo mantenerse en activo, en cómo no dejarse adormilar, en cómo no agüitarse en esa lucha por derogar una reforma educativa, y cuyo triunfo no está ni siquiera a la vuelta de la esquina.

Y, ahí están, viendo pasar el tiempo. Los que están ahí, los mayoritariamente a fuerza, los minoritariamente consciente, saben que pueden pasar horas, días y hasta meses y que la otra parte, las autoridades no los reprimirán, aunque, los otros, los que nada tienen que ver, alcen una y otra vez sus voces.