Católicos, entre ceniza y la reflexión…

Foto: Enrique Castro
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Morelia/Julieta Coria

Una enorme  fila acompañada de un silencio ensordecedor, anunciaba, en la catedral moreliana, el inicio de la cuaresma, o para los fieles católicos lo que llaman “ época para reflexionar…»

Daba inicio la misa, la gente no dejaba de llegar, el llamado al sonido del campanario era más que evidente; es miércoles de ceniza, los templos se empiezan a abarrotar.

Más de cien personas, estaban a la espera, de que iniciara el evangelio, ahí parados haciendo filas frente al ‘santísimo’  los católicos, aprovechaban para rezar, para orar, en medio del silencio.

La mayoría viene paso a pasito, gente edad avanzada, sus rostros de arrepentimiento, lo dicen todo, pocos jóvenes, no hay niños, solo viejos y ancianos que en su caminar muestran el peso de los años.

Ha comenzado el Evangelio, el clérigo apoyado de un micrófono exhortaba a los fieles a acercarse a recibir la ceniza que simboliza el inicio, de un tiempo destinado a la reflexión.

“No es nada más el acto externo, es más importante aún que ese símbolo visible se lleve también por dentro y que sea aún más grande, que haya una transformación interna provocada por ese deseo de acercarnos a nuestro Señor”, dijo.

La gente con las miradas abajo, otros al borde del llanto, se les ve acongojados, solo la voz del clérigo resuena.

Luego de un breve sermón, donde se llamó a dejar no ser hipócritas, a caminar por el buen camino, y todas esas frases que se repiten en cada misa…

«ayudar al prójimo a enfrentar alguna vicisitud, son muchas las acciones que nos ayudar a resarcir las faltas”.

 Luego inicia la toma de la ceniza, la fila enorme avanza poco a poco, todos son manchados con la ceniza de manos del clérigo, que mientras esparce la ceniza sobre las cabezas de los fieles, repite a cada uno; «arrepiéntete y cree en el evangelio, arrepiéntete y cree en el evangelio»

Mientras la voz de una mujer a los lejos canta con una poderosa tristeza,; «¡Perdón Dios mío, perdón indulgencia, perdón inclemencia perdón y piedad..!» «¡Perdón Dios mio, perdón indulgencia, perdón inclemencia perdón y piedad..!» una y otra vez.

Pocos se quedan a reflexionar, sobre las enormes bancas de madera, otros de rodillas continúan sus rezos, la mayoría abandona el lugar con las manos sobre el pecho, así desaparecen una multitud, pero de inmediato otros llegan….

Para finalizar, la voz del clérigo dice; «en diez minutos y volvemos a poder ceniza..» una y otra, y otra vez…