A unos días y hasta horas de que fuera fuertemente cuestionado su cargo y su trabajo, así como han arreciado las emboscadas y enfrentamientos contra su creada Fuerza Rural, el comisionado federal en Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes, también arreció las justificaciones de su permanencia y de su labor, no así la valides de su designación.
Con el aval del Gobierno del estado y el beneficio de la duda de los conservadores, el representante federal es cuestionado duramente por la izquierda partidista, aunque algunas figuras como el ex gobernador perredista Leonel Godoy Rangel, solo impugnan la legalidad de la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán.
Sin embargo, a Alfredo Castillo Cervantes se le impugna no solo que en el lapso en que ha estado en la entidad ha sido alarmante el índice de delitos, aunque el argumenta que la cifra se dispara por hay mayor confianza para denunciarlos, sino que su intromisión en otros poderes, sus intervencionismo en asuntos que solo competen al estado.
Aun así, también parte del fondo de las inconformidades contra el enviado presidencial tiene que ver con la proximidad del proceso electoral local, a iniciarse el próximo mes de octubre, donde hay el temor que incida con todo el poder del Estado a favor de su partido político, el PRI, como ya lo hizo con si líder estatal.
Por todo eso, seguramente, durante la reciente presentación de Fuerza Ciudadana, el enviado presidencial dijo que más allá de cualquier crítica y aplauso, lo importante es la labor y el legado que se pueda dejar en Michoacán, que tienen que ver con la fortaleza de sus instituciones.
