Morelia/Julieta Coria
Una de las figuras emblemáticas del país, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano visitó la ciudad de las canteras rosas, esta vez, no para recibir algún reconocimiento u homenaje, sino para presentar su libro titulado, «Cárdenas por Cárdenas».
A su llegada acapara la atención, las cámaras no dejan de lanzar sus constantes ‘flashazos’, todos quieren la foto, el saludo, al autógrafo, estar cerca del hijo del general, de cerca de o de lejos.
Su llegada al Palacio Clavijero, fue con una extrema puntualidad, ahí por las calle Nigromante de Morelia, el hijo del General de a pie, caminaba, serio, impecable de traje claro y dos acompañantes a su lado.
El camino detrás de él, ha dejado un enorme grupo de seguidores que a su paso se va incrementando, él continúa su andar, así, inexpresivo, serio, con rumbo definido.
Ese semblante serio e inexpresivo se sigue repitiendo, incluso con los saludos, el aprisa, toma su lugar y permanece sentado, firme como una rocas, en espera de los discurso que empiezan y que elogiaran y agradecerán la presencia de tan importante figura política.
Ya en la mesa central, lo esperan los historiadores Marco Antonio Landavazo y Martín Sánchez que hoy serán encargados del hablar sobre el libro que contiene la biografía del General Lázaro Cárdenas del Río, escrita por su hijo.
Ah, y junto a ellos, la titular de la Secretaria de Cultura, Silvia Figueroa Zamudio y el secretario de Gobierno, Adrían López Solis, en representación del Gobierno de Michoacán, figuras que sólo se encargaron de hacer presencia y agradecer la visita, por supuesto.
Tocaba el turno de hablar a los presentadores, dos obligados discursos que por más hora y media, subrayaban uno, la importancia del periodo presidencial de Lázaro cárdenas, de la estabilidad que ejerció luego de la Revolución Mexicana, de la importancia trascendental de la Expropiación petrolera, para el país, ante el momento histórico que se vive, por ejemplo.
A palabras más, palabras menos, se continuaba con los prolongados discursos, que dejaba soñolientos a más de una decena del público. Todos esperan en el ´gran discurso’ a palabras del otro gran Cárdenas.
El momento llegó, se nota cierto movimiento entre los asistentes, se acomodan a escuchar lo que viene, fotógrafos corren a tomar la foto, al momento de tomar el micrófono. Cárdenas, acomoda sus lentes, mira con la mirada fija hacia él publica, sin sonreír, expresa su agradecimiento.
El silencio en aquél lugar, aparece, es el momento esperado…
Sigiloso, toma el micrófono, el aplauso prolongado la mirada siempre arriba…
Cárdenas, fue breve, conciso y directo en su discurso, ante él lo que esperado. Resumió su discurso a hablar solo de la causa y el motivo por el que decidió escribirla.
«Lo que me permitió darle hilación al libro fueron los propios apuntes del Lázaro Cárdenas» decía para iniciar.
Durante cinco minutos dijo que el libro nace en realidad de pláticas se tenían en el seno de la familia y “fue mi esposa celeste» la que me dijo «que a mí me tocaría escribirlo”.
Aunque, dijo, sigue creyendo que falta una biografía que profundice más en ciertos aspectos, lo que lo animó a hacerlo.
El escribir sobre esa época y el seguir los apuntes, se puso a escribir sobre padre, así nació dijo… «me llevo cuatro años dedicar a escribirlo…»
El discurso, se redujo a hablar sobre el libro, que dijo se trata de conocer al personaje de manera objetiva, pero hay temas pendientes, pues lo que se relata tiene que ver con lo que se vivió su padre, lo que expresó y lo que el enfrentó los problemas, que ahora aún «tiene vigencia».
«Yo simplemente agradezco…» Sin más.
Luego, el aplauso prolongado y de nuevo, Cárdenas con la mirada fija, siempre arriba…