
Morelia, Mich. | Asaid Castro/ACG.- La Casa de la Cultura de Morelia se vistió de colores esta noche para celebrar el 35 aniversario de Bola Suriana, una agrupación que ha dejado huella en la escena musical local e internacional.
Bajo un cielo nocturno y con luces que jugaban en las fachadas del recinto, el ambiente se cargó de música tradicional, de sones y el mero estilo michoacano desde el primer acorde, la banda desató una explosión de energía que contagiaba a cada rincón del patio.
Los músicos, vestidos con guayaberas a colores, combinaban tradición y modernidad, mientras hacían vibrar el escenario con ritmos que parecían transportarnos a los inicios del grupo, cuando la pasión por la música era el motor que impulsaba las tonadas.
La multitud, conformada por amantes de la música, extranjeros y seguidores de toda la vida, se mostró entregada y emocionada. Gritos, aplausos y chiflidos llenaron el aire, creando una sinfonía de ovaciones que acompañaba cada tema interpretado. Fue imposible no notar la conexión especial entre los integrantes de Bola Suriana y el público, una química que solo se logra con años de historia compartida.
Entre las sonrisas de los artistas, cada canción brincaba de esquina a esquina en la Casa de la Cultura, hacuendo tributo a la banda con el eco del sitio, recordando los días en que sus melodías se abrían paso en foros nacionales y en escenarios internacionales.
En cierto momentos, loss asistentes se dejaron llevar por la musica, y aunque era la poca la gente que bailaba, el «grito michoacan», se escuchaba entre los mas contagiados del ritmo tradicional.
No hizo falta nada, luces, buen sonido, más que lleno el lugar, todo seguro para crear esa atmósfera festiva: desde el juego en la iluminación que resaltaba la esencia del lugar, hasta el zapato de cada integrante, que narraban la trayectoria de Bola Suriana.