La plaza Valladolid de Morelia, o San Francisco, como la mejor la conocemos, fue la sede de la toma de protesta de Alfonso Martínez como nuevo Alcalde de Morelia, el famoso ‘candidato independiente’ de quién se habla que hará historia.
Los que saben dicen que fueron unos 3 mil morelianos que llenaron la plaza para ver el tan esperado evento, el anuncio tradicional de todos los gobernantes para anunciar que ya oficialmente arribaron al poder.
No se puede ni caminar, no cabe ni un alfiler, demasiada seguridad, cientos de gente a la espera del presidente municipal, no sin traspasar a pie tal vez casi una decena de vallas.
De entrada, un grupo de jóvenes en bola, vestidos con playeras moradas marcadas con una «A» y un grupo de señoras con playeras de blanco no dejaban de sonreír y echar porras.
«Poncho, Poncho» no se dejaba de escucharen toda la plaza y, claro, no faltó el ¿Ya llegó Poncho? ¿No lo veo? ¿Ya llegó? Y, como en los conciertos, el artista, aún no se dejaba ver.
En Punto de las 18:56 horas, se escucha el altavoz, «Buenas tardes»; la gente empieza a voltear al presídium a ver si ya, a ver si, ahora sí. Arriba entonces Salvador Jara que en su calidad de gobernador de Michoacán es el primero en llegar. Primer breve abucheo, de segundos, de una minoría de los presentes.
Llegó Poncho, tarde por cierto, se escuchan las ovaciones, porras y muchos, muchos aplausos. Saluda y la gente se emociona, llegó la figura, el presidente, Alfonso, el independiente.
Llega también Jaime Rodríguez «El Bronco» el ya popular gobernador de Nuevo León, quién llegó primero que su anfitrión moreliano, a quien, por cierto, le robó porras y aplausos.
Fotos y fotos, selfie tras selfie, el ex priísta norteño se dejaba apapachar mientras algunos de sus guaruras recelosos pero a la distancia observaban con cuidado a los inevitables “fans” morelianos.
Segundo abucheo para Salvador Jara. Durante la presentación de los invitados de honor, el primero en ser nombrado es al ex rector de la Universidad Michoacana:
«Damos la bienvenida al Doctor Salvador Jara Guerrero, gobernador del Estado de Michoacán» segundo abucheo, más prolongado y más sonoro esta vez.
El académico trata de disimular y no inmutarse de mantener su cordial sonrisa, pero es inevitable el rostro de molestia, como si pensará no es mí, no es mí, aquí no pasa nada…
Vienen las demás menciones; el alcalde saliente, Salvador Abud, gana aplausos a pesar de la batería mediática en su contra vertida por algunos medios locales.
Aplausos normales para el diputado Sarbelio Molina y para el magistrado Juan Antonio Magaña, representantes de los Poderes Legislativo y Judicial, respectivamente.
Aplausos también sonoros y uno que otro abucheo para el gobernador electo Silvano Aureoles. Pero viene la mención para Jaime Rodríguez ‘el bronco’ y la gente se prende.
La mayoría de los concurrentes ovaciona abiertamente al del norte y le prepara el terreno para que venga la mención de Alfonso Martínez y el público se bate a palmadas.
Enseguida el acto protocolario, luego, el discurso de Alfonso, 22 minutos de promesas, propuestas, agradecimientos y lleno de frases como » Vamos a hacer historia» «Vamos a tener la mejor ciudad» «Haremos de Morelia, la ciudad que todos queremos» Habrá seguridad, empleo, salud, paz…» y todas esas frases que ya hemos memorizamos.
Después un emotivo momento; Alfonso agradece y reconoce a su esposa «Quiero agradecer en especial a mi esposa Paola y a mis hijos, por el tiempo que no estaré con ustedes a partir de hoy que asumo las riendas de la capital de Michoacán”.
Lo anterior provoca un momento de silencio, un nudo en la garganta y la lágrima que no pudo esconder su esposa Paola, tras hermosas palabras. ¡Ay, qué bonito! se escuchaba entre el público.
En medio del mensaje sobresale un “Se acabaron los moches en Morelia» «Estamos para servir a la ciudadanía y no para servirnos”.
Otra vez revuelo entre los asistentes, como aquellas señoras de blanco, quienes nunca bajaron al ánimo y gritaban desde lo lejos “No, nos falles Poncho” “Te queremos Poncho”.
Por fin, acaba el mensaje, el emotivo mensaje de Alfonso, «Poncho» para los amigos y para la gente se identifica con él. Silencio. Aplausos.
Finalmente, los morelianos que se quedaron con Alfonso, y sus compromisos de que vendrá una Morelia mejor, un Morelia para todos, de quien los ciudadanos esperan que sea un verdadero cambio.