Antonia Huerta, del hogar al Tai- Chi

(Foto: Jaqueline Espinoza)
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Morelia, Mich. | Acueducto Online/ Jaqueline Espinoza. – Con 69 años de edad, Antonia sigue asistiendo por las mañanas a activar su cuerpo, dejando claro que la edad no es impedimento para hacer las cosas.

La amante de la repostería, decidió casarse muy joven pero completamente enamorada del padre de sus hijos, un hombre muy amoroso y responsable.

Con solo 22 años, ya tenía un hogar que formar con su pareja, el cual rindió frutos y tuvieron dos hijos, mismos a los que ama y adora desde el primer día, sin embargo, tuvo que aprender a vivir sin uno de ellos, sobrellevar el fallecimiento de uno de sus grandes amores.

Al poco tiempo una pérdida más, el amor de su vida y con quien compartió los mejores momentos y anécdotas de su historia, también partió.

El dolor se ha mantenido por todo este tiempo, por ese hilo rojo cortado por las tijeras del curso de la vida, pero nunca imaginó que sus seis nietos le traerían de nuevo la felicidad, esa sensación, ese sentimiento materno que se le había escapado con su hijo.

“Tengo seis nietos, yo desde que perdí a mi esposo, mis nietos me acompañan mucho, algunos los fines de semana se quedan ahí conmigo que con el pretexto de hacer su pijamada” dijo Antonia mientras se le entrecortaba la voz y sus ojos se ponían cristalinos.

Toda la vida se dedicó al hogar, el cuidado de sus hijos y esposo, pero la realización de pasteles y todo tipo de postres es algo que le apasiona, por lo que le quiso sacar un fin económico también y actualmente los hace por pedidos para su venta.

Desde hace 15 años, para ella se volvió algo fundamental también el ejercitarse para evitar enfermedades y distraerse. Es por esto que asiste a las clases y talleres organizados por el grupo del IMSS.

“Vengo nada más tres días a la semana aquí y martes y jueves voy a hacer Yoga, esta clase es de Tai- Chi y Yoga, son movimientos para estar uno flexible y no estar con sus nervios tensos, es muy buena” expresó mientras flexionaba sus rodillas para calentar los músculos.

Ya se ha convertido en una necesidad de su cuerpo el hacer ejercicio, pues cuando no lo hace sí siente una diferencia en los huesos y articulaciones, le comienzan a doler.

La convivencia con sus compañeras, las pláticas y los festejos en los días especiales es lo que más disfruta de acudir a la Plaza Niños Héroes y sus alrededores. Así como invertir su tiempo, ahora, en ella misma.

“Yo siempre he estado muy completa porque inclusive desde mi matrimonio, mi esposo fue un excelente esposo y pues he sido siempre, creo yo, que feliz, he tenido una vida muy feliz, muy tranquila” finalizó.

(Fotos: Jaqueline Espinoza)