Ana Karen, entre el penar y la lucha titánica contra el VIH

“Yo cuando recibí mi diagnóstico pierdo el seguro social, voy al hospital y me dicen que tengo que estar en lista de espera. Lista de espera de que tiene que morir alguien para que me den el medicamento antirretroviral a mí”.

(Foto | Zayda Solís/Acueducto Online)
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Morelia, Mich. | Acueducto Noticias / Irene Valdivia.- Trabajo sexual, VIH, atención a la maternidad y el derecho a la salud digna son algunas de las ramas que atraviesan tanto la vida como el quehacer político de la activista Ana Karen, quien ha recorrido el país de sur a norte, transitando desde Oaxaca hasta Tamaulipas, camino en el que ha encontrado amenazas y victimización por parte del estado, gracias a su lucha por el derecho a la salud.

Ella estuvo en el 5to Encuentro Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México, buscadoras, defensoras de los derechos sexuales y reproductivos, defensoras del territorio, periodistas y otras mujeres militantes de la defensa de los derechos humanos de todo el país, se reunieron en la capital michoacana para converger en estrategias de acción y defensa de los derechos de las mujeres.
Impulsora del Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual en su estado, se ha convertido en una pieza clave en la respuesta al VIH en México, nos reunimos para una conversación sobre su trayectoria y los temas que domina. Nos recibe en serenidad, con una voz lenta y un tono de voz muy suave. Ella se sienta a la sombra de un árbol y contempla otros tanto de la propia Morelia, como el vacío para mirar al pasado.

El inicio
Acueducto.- ¿Quién es y de dónde viene Ana Karen López?
Ana Karen.- Bueno, nací en Salina Cruz, Oaxaca. Mi padre es oaxaqueño, mi madre es nacida en Tampico, Tamaulipas. Mi padre salió desde Oaxaca, se embarcó, conoce a mi madre, y ahí ellos hicieron su compromiso y su matrimonio en Tampico. Ya que mi padre se retira de ser embarcador, nos venimos a Tampico, Tamaulipas, donde ya llegué yo a los 12 años, y ahí nos quedamos. Y allí empezó también mi activismo.

La parte de mi activismo ya empezó muy joven, pues Ana Karen al principio, pues se dedicó al trabajo sexual, a mis 18 años y después adquirí yo el VIH, no por la cuestión de trabajo sexual, sino por una cuestión personal que en un momento no asumimos el riesgo. Muchas veces se dice, “A mí no me va a pasar”, y pues sí pasa, cuando no tienes la debida precaución de ser responsable en tu sexualidad.

Diagnóstico a los 22 años
Actualmente, pues ya tengo casi 28 años viviendo con VIH, y de mi activismo, pues ya tengo 20 años de activista.
En el 2004, nos reunimos en Tampico un grupo de personas trans porque éramos detenidas en vía pública por el bando de policía y buen gobierno de Tamaulipas.

Eso generó que nos movilizáramos, y ese grupo de personas trans tomara la batuta, nos manifestáramos con el Gobierno del Estado, y nos sentáramos con mesas de trabajo con el Gobierno del Estado para que se cambiara ese código de policía y buen gobierno. Fue como empezamos a movilizarnos.

Ya en el 2004 también nos reunimos porque ya vivíamos con VIH algunas compañeras, y empezamos a movilizarnos porque no había medicamentos antirretrovirales para nosotras, porque no había en los estados.

Alguien tiene que morir…
Yo cuando recibí mi diagnóstico pierdo el seguro social, voy al hospital y me dicen que tengo que estar en lista de espera. Lista de espera de que tiene que morir alguien para que me den el medicamento antirretroviral a mí, cosa que también se nos hizo absurdo, discriminatorio, que nos pusieran de esa manera.

Por eso nos unimos también un grupo de personas, nos fuimos a Ciudad Victoria y nos manifestamos también en el Estado, en la secretaría de salud, de ahí invitan a Ana Karen a participar a nivel nacional con un grupo de personas que viven con VIH, FRENPAVIH, frente nacional de personas que vivimos con VIH, y de ahí empezamos a trabajar esa parte, de que existieran los CAPASITS para las personas que no teníamos seguridad social como es el ISSSTE o IMSS. Fue como se logró también que estos CAPASITS aterrizaran en Tamaulipas, y ya en el 2009 nos conjuntamos más y creamos a la organización Tamaulipas Diversidad Vihda Trans.

Ahí empezamos el trabajo de activistas, al menos yo de mi parte, de generar esas acciones con el Gobierno, el acercamiento, mesas de trabajo con tomadores de decisiones, que es muy importante para que de ahí todo cambiara, sobre todo el bando policía y buen Gobierno del 2004, 2005. Igual las personas que ejercen trabajo sexual se unieron a nosotras, algunos jóvenes también de la comunidad LGBT y empezamos a trabajar esa parte de incidencia política.

El trabajo comunitario
Actualmente tenemos 2 centros comunitarios de detección para las diversidades sexuales, una está en Tampico, la otra es en Altamira, donde damos insumos de prevención, pruebas de diagnóstico oportuno a la población.
También asesoría para llevar a cabo la cultura de queja y denuncia, que es muy importante estarla fomentando, que las personas cuando tengan un desabasto o una discriminación por salud, por trabajo, tengan esa cultura de meter su denuncia y su queja, es importantísimo para que esto pueda cambiar.

Se debe demostrar a nuestros gobiernos, a nuestros diputados o senadores o gobernadores que existe discriminación todavía, y lo está habiendo muchísimo, que existe desabasto en medicamentos antirretrovirales.
Se debe demostrar que las personas requieren una médica integral, libre de estigma y discriminación, entonces desde ahí hemos seguido trabajando con una agenda de derechos humanos, armonización legislativa, justicia incluyente, salud, trabajo, educación, son lo que tenemos en nuestra agenda actualmente.

Entre los nombres y los apellidos
Acueducto.- En tu experiencia como activista. ¿Cómo ha cambiado, si es que ha cambiado, la atención a mujeres trans? En concreto, el tema del VIH, porque vemos que aún se centra mucho como en hombres, entonces, ¿Qué pasa con mujeres trans en el tema de VIH?
Ana Karen.- Mira, también una servidora metió su queja ante la Comisión Nacional (de Derechos Humanos) como la estatal de Tamaulipas por violentar la identidad de las personas, porque también muchas compañeras trans no iban a la institución de salud, sobre todo el CAPASITS, porque las llamaban con su nombre que tienen en su credencial de elector, y eso hizo que hiciéramos un trabajo en coordinación con ellos, para que en un momento a las compañeras les llamaran por sus apellidos, no por el nombre que se veía en su credencial.

Su identidad como mujeres que no coincide con el nombre que trae en su documento, entonces logramos que en sus carnets les pongan cómo se hacen llamar ellas, cómo se reconocen. Fue como logramos que las compañeras que han sido diagnosticadas con VIH en toda institución de salud se les llame por sus apellidos, no por su nombre. Porque realmente no todas tienen el cambio de identidad, pero sí el reconocimiento social con el nombre que se reconocen, y con eso, pues tienen que ser aceptadas también, y sobre todo respetadas con esa identidad. Es un logro que lo hemos hecho también como parte de la organización Tamaulipas Diversidad Vihda Trans.

Trabajar en pares
Acueducto.- En cuanto a la mujer trans que se acerca a estos centros, ¿Ha ido al alza la confianza en la institución?
Ana Karen.- Bueno, van con muchísima confianza porque somos sus pares, sobre todo yo creo que ese trabajar en pares es muy importante, porque hay el acercamiento, la confianza de saber que estamos trabajando por nuestros mismos derechos. Entonces sí ha habido mucho acercamiento. De hecho, hemos diagnosticado a muchísimas personas y ellas mismas traen a otras compañeras más, eso ha fortalecido más las acciones que realizamos como Tamaulipas Diversidad Vihda Trans.

El costo de ser defensora
Acueducto.- ¿Qué implica ser una mujer trans que está en esta red nacional de mujeres defensoras?
Ana Karen.- Mira, tengo 13 años en la red de defensoras, y para mí ha sido muy satisfactorio que tuvimos esta red nacional de defensoras de derechos humanos, la apertura y que sea inclusiva de tener a una persona trans dentro de esta red, y sobre todo actualmente que soy parte del grupo impulsor, donde vemos muchísimas cosas que es para beneficiar a todas nuestras redes.

Vivir también un proceso de amenaza, pues la red me ayudó muchísimo en cuanto a tener medidas cautelares, porque yo estaba en aquel tiempo peleando por un CAPASITS nuevo y digno, por formula láctea para los niños que nacieran de madres positivas al VIH, atención médica a las personas también que estaban diagnosticadas con hepatitis B.

Lamentablemente había un jefe de programa que les hizo un proyecto, entró a ese proyecto él, hacían pruebas de hepatitis B a todos los usuarios de VIH, pero no les daba el medicamento si eran reactivos, entonces era como una situación de discriminación hacía las personas con VIH por tener él un recurso y no garantizar el medicamento para las personas con hepatitis B.
Pusimos la denuncia, la ganamos, el Estado tuvo que comprar el medicamento antirretroviral para las personas, y eso fue el proceso por el que también nos manifestamos en la jurisdicción sanitaria.

Lo logramos porque también logramos la fórmula láctea para los niños, en el CAPASITS nuevo también que la atención médica se diera sábados y domingos de un de un horario de 8 a 8, es el único CAPASITS en el Estado de Tamaulipas de los 5 CAPASITS que trabaja sábado y domingo, por la cantidad de usuarios que hay en nuestra zona, y la red ahí me ayudó muchísimo para las medidas cautelares.

No es fácil realmente ser amenazada, porque pues con tus padres, tu familia puede haber repercusión en algún momento de tu vida, más estando el crimen organizado en aquellos tiempos, pues era más riesgoso, de más peligro.
La red ayudó muchísimo a mi persona como defensora, como activista, como persona trans. Entonces creo que para mí es importante seguir perteneciendo a esta red.

La trascendencia de las juventudes
Acueducto.- ¿Qué esperas tú de espacios como este encuentro nacional de defensoras?
Ana Karen.- Pues realmente, que se sigan involucrando más personas, desde personas trans defensoras como jóvenes, que también están actualmente muchísimas jóvenes que están siendo defensoras.

Creo que es importante no dejar como esa parte del legado, porque realmente pues no somos eternas. Y creo que es importante que las juventudes empiecen a estar presentes en esto de defender derechos cuando se presenta una situación de violencia, discriminación, estigmas a su persona.

Para mí ha sido muy importante que la red exista, que se fortalezca aún más con más defensoras, y los invito que conozcan, que conozcan el trabajo que hace la red a nivel nacional, y es muy importante porque estamos una gran variedad de mujeres diversas.