Morelia / Acueducto
El historiador y filósofo Miguel León-Portilla falleció este martes en Ciudad de México a los 93 años. Sus investigaciones, plasmadas en libros tan populares como rigurosos, y su figura tutelar en la academia mexicana han sido piezas clave para la profundización y puesta en valor de la riqueza y complejidad de los estudios de las culturas prehispánicas, tras largo tiempo arrinconados entre el olvido y los clichés reduccionistas.
León-Portilla nació en la Ciudad de México el 22 de febrero de 1926, fue un filósofo e historiador mexicano, principal experto en materia del pensamiento y la literatura náhuatl.
Desde 1988, se desempeñó como investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, recibió la Medalla Belisario Domínguez en 1995, y desde el 23 de marzo de 1971 era miembro de El Colegio Nacional, institución para cuyo ingreso presentó la ponencia La historia y los historiadores en el México antiguo, y fue recibido con discurso de Agustín Yáñez.
Miembro también de la Academia Mexicana de la Lengua desde 1962, su campo de investigación abarca además la literatura de las diferentes lenguas mesoamericanas. Con Trece poetas del mundo azteca, 1967, –ampliado a 15 en 1993– impugnó el lugar común de que las manifestaciones artísticas de los pueblos prehispánicos eran anónimas y rescató los antiguos cantares mesoamericanos en analogía con las tragedias griegas o bíblicas.
Su obra más popular, La visión de los vencidos, 1959, nace de otro hueco vacío: “Pensé que era impresionante que tuviéramos los relatos en español de Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Tapia y en cambio desconociéramos la perspectiva indígena”, dijo en una entrevista con arqueólogo Matos Moctezuma. Sus fuentes, en este caso, fueron las traducciones de su maestro, el sacerdote e historiador Ángel María Garibay –pionero en los estudios náhuatl– de los textos indígenas sobre la invasión, pinturas y códices.
Experto mayor en náhuatl –la lengua de los pueblos del actual valle de México que llegó a extenderse hasta Centroamérica–, quizá su mayor victoria como diplomático cultural la obtuvo a través del lenguaje. En el marco del quinto centenario de 1492, tras duras batallas logró que lo que durante siglos se celebró como “descubrimiento de América” pasara a llamarse “encuentro de dos mundos”.
El Presidente López Obrador lamentó su fallecimiento «Fue también un férreo defensor de las culturas originarias y publicó decenas de libros como «La visión de los vencidos». Descanse en paz, un fuerte abrazo a su esposa e hijos”, expresó a través de su cuenta de Twitter.