Morelia, Mich.|Víctor Ruiz/Acueductoonline.- Mientras el “Lobo”, chofer de Juan Antonio Magaña de la Mora, conduce a toda velocidad a la salida del municipio de Aguililla, el candidato a la gubernatura por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) relata que fue a los 10 años cuando se le cruzó la idea por la mente de ser gobernador de Michoacán algún día.
“Por ser uno de los mejores promedios, el aliciente que se nos dio en la escuela fue que yo conociera al gobernador del estado, que en aquel entonces era Carlos Torres Manzo, y entonces como el niño que va con los bomberos y dice que a eso se quiere dedicar, yo dije que sería gobernador de Michoacán”.
La vida académica lo llevaron a estudiar la licenciatura en Derecho, a hacer unas primeras prácticas en el Poder Judicial, suplencias como archivista, actuario, secretario, juez de distintos municipios como Coalcomán, Tanhuato, Los Reyes y Puruándiro; luego vino el ser magistrado, presidente del Supremo Tribunal de Justicia y vicepresidente de todos los tribunales del país.
“Y si hoy tengo la oportunidad de ser gobernador pondré todo mi esfuerzo para poder fortalecer lo que Michoacán necesita, que es un Estado de Derecho, un respeto a las leyes, un respeto a las instituciones, un lugar donde nos respetemos desde chicos y donde la producción pueda ser un reconocimiento al esfuerzo de los michoacanos y michoacanas que trabajan a diario y que tienen derecho a tener mejores condiciones de vida”.
¿Cómo se imagina el 6 de junio?
“Me imagino al votante encontrándose en esa casilla, solo, tapado con una lona, con un crayón en la mano y enfrentándose a la boleta, esa que va a decidir no solamente el cambio de un gobernador, de diputados, a presidentes municipales, sino que todos estamos decidiendo el futuro de Michoacán, no es un gobernador más, no es un presidente municipal más, en esta ocasión, en este caso nos estamos jugando el futuro de Michoacán”.
Al nunca haber vivido un proceso electoral como candidato, Magaña de la Mora expresa que le cuesta definir cómo será ese domingo. Dice que seguramente estará con su familia, pero también bromea, confía en que el presidente del partido por lo menos se invite unas carnitas para amenizar la jornada.
Luego de dos meses de campaña y de haber recorrido prácticamente todo el estado, el magistrado con licencia apunta como el tema de inseguridad el más alarmante, una situación que perturba a los ciudadanos porque no encuentran paz y tranquilidad.
“Todos viven con el temor de que no vayan a estar en medio de un fuego cruzado, que no vayan a ser asaltados o al trasladarse por una carretera de que no les vayan a levantar un hijo, pero después de esto, lo que sucede es que esta inseguridad genera pobreza”.
Una dura visita
Una noche antes de visitar Aguililla, su esposa insistió para convencerlo de que se replanteara la posibilidad de suspender el viaje a dicho municipio por los constantes sucesos violentos que se registran en la región, pero el candidato no cedió.
“Vimos una casa destruida, vaciada, casi la incendiaron y me decía mi esposa que reflexionara en posponer el viaje, le dije que no, que vendría, que yo consideraba que el que viniera yo de buena fe era suficiente para que esto tuviera que influir positivamente en que nada ocurriría y hoy por la mañana mis hijos al despertar, al darse cuenta que yo venía en tránsito para acá, pues mi hija mayor que radica en Ciudad de México me pedía que ahí de Santa Casilda me regresara, estaba sumamente estresada”.
Considera que un error del gobierno es no ir a Aguililla, pues es un mensaje en el que se contribuye para decir que no hay condiciones, “pues si no las hay para las autoridades, imagínense para la gente de a pie que tiene necesidad de ir y venir a Apatzingán, porque esta no es una isla, es un municipio de Michoacán”.
Antes de arribar a Aguililla, una mujer le recomendó usar un chaleco antibalas, ¿qué le pasó por la mente?
“No me dio miedo, pero sí advertí que la percepción generalizada de la sociedad es que esta es una zona de inseguridad que necesita ayuda, porque si la gente de aquí mismo o de los lugares cercanos percibe que es un lugar de inseguridad, pues imaginemos el mensaje que se manda a otros puntos del estado, del país”.
¿En qué parte de la carretera sintió más adrenalina e inquietud?
“El único momento en el que me puse alerta fue cuando tuvimos que detener la marcha porque se atravesó el ganado, porque yo sé que esa es otra forma de poder parar el tránsito de los vehículos cuando de alguna manera alguien que está acechando y quiere interrumpir; también al momento de ver el tráiler quemado porque constatamos lo que todos los días nos enteramos por los medios de comunicación”.
Superado el Aguaje, Juan Antonio Magaña de la Mora respiraba con mayor tranquilidad, pero un bloqueo por encapuchados lo hizo sudar.
Por unos minutos, aquellas palabras de su esposa y sus hijos tomaron sentido.