Morelia/Samuel Ponce Morales
Como casi siempre, el inicio de la rueda de prensa se fue prolongando y en ello las especulaciones de los impacientes periodistas, mayoritariamente erróneas.
Desde temprano empezaron a agudizarse los rumores de la renuncia del líder e incluso asegurar que buscaría una candidatura por la capital del estado.
Por eso, las dos principales especulaciones fueron sobre los motivos de su dimisión y resarcir la misma con un espacio, por lo pronto, político electoral.
Ganó la simpleza, él se va porque cometió errores en la fallida presentación de la convocatoria para la designación del candidato a gobernador.
Aún más, se va el dirigente y para que sea una salida decorosa, una consolación, y qué mejor que una virtual candidatura por Morelia que, de inicio, se creyó en la alcaldía.
Marco Polo Aguirre, por su inexperiencia política, por su inicial acotamiento en el contexto de la entidad, no debió arribar al liderazgo priísta.
Fue dirigente estatal, pero llevado de la mano por un viejo lobo del mar, el delegado nacional Fernando Moreno Peña, de ahí que sus errores fueran menos de los esperados.
Se fue y en su lugar, momentáneamente, por estatutos internos del PRI, queda como encargada de despacho la secretaria general Rosalva Vanegas.
Sin embargo, el relevo de Marco Polo debe ser también un viejo lobo del mar, aunque en el PRI se apuesta a un cambio generacional en los liderazgos.