Morelia/Samuel Ponce Morales
Si, un día de furia el de este lunes, y es que la capital michoacana volvió a ser “ahorcada” en sus arterias viales más sensibles por los estudiantes normalistas que volvieron a reclamar plazas automáticas.
La historia es simple, una no consensada reforma educativa, no al menos con el ala magisterial llamada democrática, en donde con enorme énfasis se establece no más a las plazas automáticas.
Un acuerdo entre normalistas y autoridades, para que en la convocatoria de ingreso a las Normales se impregne que no habrá más plazas automáticas, y cuando menos dos polémicas concesiones gubernamentales:
1.- No disminución de la matrícula y
2.- Un promedio de calificación de 6 y no de 8 para tener derecho a examen.
Un acuerdo, finalmente incumplido por los normalistas, que tuvo como testigos activos a líderes formales e informes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Luego, los estudiantes a reclamar en las calles lo que creen que es su derecho; a tomar los accesos a Morelia, a estrangular su paso vial, a crear el caos, la anarquía urbana, a mostrar que partes sustantivas del estado de derecho siguen siendo discurso oficial.